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año 66 de la era ibañez

los cuentos de tío vázquez


"Cuando eres un niño desvalido estás perdido.
Porque no puedes atracar, ni dedicarte a navajero, ni a macarra.
Yo empecé a alimentarme a los nueve años. Sí, de verdad.
Todo lo que recuerdo de mi infancia es hambre, pero hambre feroz.
Vivia en Madrid, ¡Pero no veas! Ibamos a los mercados, cogíamos frutas,
cáscaras de frutas, lo que encontraras. Así sobrevivímos
muchos en los primeros años de la posguerra.".
Manuel Vázquez


 
   Los cuentos de Tío Vázquez es una de las series más destacadas del grandísimo Manuel Vázquez, quien además crearía otras muchas series emblemáticas a lo largo de su carrera como historietista, y que seguramente la mayoría de los lectores recuerden: Anacleto, Agente Secreto, Las Hermanas Gilda, La Familia Cebolleta, La Abuelita Paz, Feliciano, Ali Oli, Angelito, La Familia Churumbel o Ángel Siseñor, además de un incontable etcétera de series de menor calado, pero no por ello menos descacharrantes. Sin embargo, la serie que nos ocupa es un pequeño tesoro en el mundo de la historieta que, a nivel personal, destacaría por encima de (casi) todas las demás.

  La serie comenzó a publicarse en la segunda época de la revista Din Dan, en concreto en el nº 27, publicado en el verano de 1968, y allí siguió apareciendo material inédito de la serie durante más de un lustro, hasta febrero de 1974, de forma más o menos regular, incluyendo algunos de sus números extraordinarios (extras de primavera y verano, además de almanaques navideños). Posteriormente la serie continuó publicándose en muchas otras revistas de la casa Bruguera como Super Carpanta (1977), Super Sacarino (1977), Bruguelandia (1981), Mortadelo (1981), e incluso en revistas publicadas ya en la etapa de Ediciones B, como Mortadelo (1988). Pero también se reeditaron muchas de estas historietas en cantidad de revistas de Bruguera y, en menor medida, de Ediciones B (Sacarino, DDT, Super Rompetechos, Gran Pulgarcito, Mortadelo Gigante, Mortadelo Extra...). Incluso la eterna colección Olé! llegó a recopilar muchas de las primeras historietas de la serie en formato álbum de tapa blanda (n.º 25, Bruguera, 1971)


Viñetas extraídas de la primera página de la serie Los Cuentos de Tío Vázquez
publicada en el Din Dan n.º 27 (Bruguera, VIII/1968)

 Décadas más tarde, Ediciones B siguió la misma pauta reeditando en 1988 el nº 25 de la colección Olé! y dedicando a la serie uno de los números de la colección Magos del Humor, en tapa dura (n.º 138, Ediciones B, 2010), aprovechando el tirón de la película protagonizada por Santiago Segura (quien, por cierto, también prologó dicho ejemplar) y dirigida por Óscar Aibar. A pesar de todas estas publicaciones, la serie nunca ha contado con una edición integral a lo largo de las más de cinco décadas que han transcurrido desde que Vázquez creó la serie, a excepción del volumen elaborado en el Foro de la T.I.A. para la ocasión.


Olé!, n.º 25  (Bruguera, 1971) / Magos del Humor, n.º 138  (Ediciones B, 2010) – Portadilla y portada

  Vázquez, fuente inagotable de ideas, crea la serie parodiándose a sí mismo. Y es que el protagonista no es otro que una caricatura del propio autor, moroso empedernido, que se las ingenia una y otra vez para dar esquinazo al incontable número de acreedores que intentan darle caza o acorralarle por las calles de una ciudad que bien podría ser la propia ciudad condal, donde residía.


“Los Cuentos de Tío Vázquez” (“Din Dan” n.º 153, Bruguera, 18/I/1971)
 
  Vázquez  era  pícaro por naturaleza. Nació en Madrid, hijo de madrileño y brasileña, en 1930, pocos años antes de que empezase la Guerra Civil, por lo que no solo tuvo que vivir los años de la contienda durante su infancia, sino la difícil posguerra que llegaría después. Es el propio autor quien explica en una entrevista que durante su infancia, de la que no disfrutó apenas como niño, acudían al mercado para recoger frutas, e incluso sus cáscaras, para poder sobrevivir durante los duros años de la posguerra. Aquella infancia forjó el carácter pícaro del artista para siempre. El  dibujante se compara incluso con los conquistadores que viajaban a América huyendo de la pobreza de Extremadura. De hecho, existen muchos paralelismos entre esta gran serie del “Tío Vázquez”, visión exagerada de sí mismo, y la novela picaresca del siglo de Oro español, cuya estructura también solía ser autobiográfica y narrada en primera persona por el autor, una suerte de antihéroe, y a menudo moralizante (como sucede con la novela Guzmán de Alfarache) y determinista, encerrando al protagonista en su rol de pícaro que termina irremediablemente fracasando, de la misma forma que le sucede a Tío Vázquez.


Fotografía de Manuel Vázquez publicada en
El País Semanal (31/I/1982)

  El dibujante ya había fantaseado consigo mismo como estrella de alguna de sus propias historietas en el pasado, pero siempre de forma puntual. Sirva de ejemplo la página de la serie La historia esa vista por Hollywood, publicada en el nº 5 de la revista Can Can en 1958. En ella nos resume su desdichada biografía: un desastre siendo niño y un competente moroso como adulto, que abandona la capital para buscarse la vida en Barcelona huyendo de sus acreedores. A pesar de todo, no conseguirá librarse de su mala fama como deudor, que era ya una forma de vida, y la arrastrará consigo hasta la capital catalana. Incluso Francisco Ibáñez parodiaría esta faceta de Vázquez con aquel célebre moroso que vivía en el ático del inolvidable edificio del nº 13 de la calle Percebe.
 
Página autobiográfica de Vázquez (Revista Can Can n.º 5, Bruguera, 10/III/1958)

  El patrón de las primeras historietas es bastante repetitivo: Vázquez se cruza a menudo con alguno de sus acreedores, casi siempre sastres, pero también caseros y otros personajes de diversa naturaleza entre los que no falta ni el genio de una lámpara. El autor hace referencia a menudo a sus apellidos (Ramírez, Rodríguez, Fernández, Rebrútez, Pérez…), pero también menciona en ocasiones sus nombres de pila (Riastre, Lorenzo, Amancio, Ridruejo…). Incluso aparece un tal González (también un Gonzalibus). Quién sabe si se trata de un guiño a su jefe directo, Rafael González, a quien tuvo que solicitar anticipos en más de una ocasión.


Los Cuentos de Tío Vázquez (Din Dan – Extra Primavera, Bruguera, IV/1971)

  Las primeras historietas siempre fueron acompañadas de un cuento que el propio Vázquez improvisaba para salir airoso de sus perseguidores, contándoles una especie de fábula. Estos cuentos, que daban nombre a la serie, estaban siempre cargados de tintes fantásticos que recuerdan a los cuentos de siempre, aquellos de Perrault o de los hermanos Grimm, con hadas, magos, duendes o reyes. Vázquez intentaba saldar sus deudas con sus acreedores timándoles con algún supuesto objeto mágico o valioso (una varita de avellano con poderes,  polvos de invisibilidad, un terrón de azúcar inagotable, un huesecillo que concede deseos, un gusanito multimillonario, una botella con un genio dentro...) o simplemente dando pena, literalmente, con alguna desdicha que le habría acontecido.

 
Los Cuentos de Tío Vázquez (Din Dan n.º 80, Bruguera, 25/VIII/1969)

  El autor a veces nos sorprende con alguna historieta en la que al protagonista roza la gloria de los morosos, como aquella ocasión en la que confunde a un abogado con uno de sus acreedores y deja escapar una herencia millonaria. Sin embargo, al llegar al nº 147 de la revista Din Dan, cuando aún no se había llegado a la veintena de historietas de la serie, se produce una interesante metamorfosis en el guion: Vázquez deja de contarnos cuentos y las historietas se centran principalmente en las persecuciones de los morosos. Las páginas se vuelven más dinámicas, pero también más agresivas. Más despiadadas. Vázquez en estado puro.


Los Cuentos de Tío Vázquez (Din Dan n.º 157, Bruguera, 15/II/1971)

 El Vázquez autor podía ser cruel hasta la médula con su propio personaje, que sufre en primera persona algunas de sus peores pesadillas, como aquella historieta en la que el protagonista consigue empleo de cobrador de morosos, el colmo de un deudor (Din Dan, n.º 170). A pesar de todo, solo tres números después, el dibujante se redime permitiendo que su caricatura se dé el gustazo de rechazar un empleo así. Las desgracias del personaje no tienen límite, llegando incluso a endeudarse consigo mismo, a base de jugar solitarios en una isla desierta (Din Dan, n.º 179).

Los Cuentos de Tío Vázquez (Din Dan n.º 173, Bruguera, 7/VI/1971)

  Veinte de cal y una de arena: muy de vez en cuando Vázquez se compadece de su criatura y permite que le toque alguna que otra herencia, aunque siempre descubrimos que hay gato encerrado. En otras situaciones el protagonista intenta reconciliarse con todos sus acreedores, ya sea saldando sus deudas (aunque sea con billetes de “Mortadelo”) o incluso ayudándoles a colocar carteles por la ciudad advirtiendo del peligro que supone fiarle dinero. Serán, no obstante, situaciones bastante excepcionales en la serie.


Los Cuentos de Tío Vázquez (Din Dan n.º 174, Bruguera, 14/VI/1971)

Los Cuentos de Tío Vázquez (Din Dan n.º 160, Bruguera, 8/III/1971)

  Uno de los gags más recurrentes de la serie es el de las trampas que los acreedores tienden a Vázquez. El moroso ha de ir con pies de plomo por la ciudad. Ojo avizor. Cualquier rincón o elemento urbano puede esconder alguna trampa: bombas, trampillas ocultas, objetos que caen a plomo desde el cielo… ¡No puede fiarse ni del mismísimo Ibáñez, cuyo cigarrillo escondía un explosivo en su interior!  Pero, si de algo puede presumir el protagonista, como buen pícaro, es de que se las sabe todas, y casi siempre conseguirá salir airoso de todas ellas.


Los Cuentos de Tío Vázquez (Din Dan n.º 182, Bruguera, 9/VIII/1971)

  Tampoco faltaron cameos en las historietas de la serie. Vázquez incluyó en sus páginas algunos personajes del mundo del cómic. A veces como un mero grafiffi callejero del Capitán Trueno ("¡Vaya día" - Din Dan - Extra Verano 1973), pero otras veces con un personaje más de la historieta, como el hombre enmascarado, que aparece en los números 170 y 180 de "Din Dan" (1971).


“¡Vaya día!” (Din Dan - Extra Verano 1973, Bruguera, VII/1973)

  Las historietas de la serie Los Cuentos de Tío Vázquez siempre se acomodaron en dos páginas. Solo en situaciones puntuales el dibujante desarrolló algunas historietas a lo largo de cuatro páginas, para números extraordinarios. La primera historieta con este formato fue “¡Vacaciones!”, publicada en el número extraordinario del verano de 1971 de la revista Din Dan. Posteriormente llegarían “Inocenteando” (Din Dan – Extra Almanaque para 1972), “El disfraz” (Din Dan – Extra Primavera, 1973), “¡Vaya día!” (Din Dan – Extra Verano, 1973) y “El deseo”  (Din Dan – Extra Almanaque para 1974). Ya en la ultima etapa de la serie, en la revista Mortadelo (Ediciones B, 1988), las historietas contarán con solo una página, y además incluirán dos chistes o gags independientes. En esta nueva etapa el personaje de Vázquez presenta un aspecto diferente al que estábamos acostumbrados. Al leer este integral del tirón este cambio resulta aún más chocante.

   Y es que Vázquez se ha vuelto más viejo (y más pellejo, como dice el refrán). Más fumador, más vividor, más mujeriego, más pícaro, más cachondo... Más todo. El personaje trascenderá la serie original y protagonizará otras muchas series. Algunas a modo de simples cameos (Anacleto, Feliciano, Abuelita Paz, Cinco Amiguetes, Tita & Nic), pero en otras muchas el personaje es de nuevo el protagonista. Algunas para todos los públicos, y otras exclusivamente para un público adulto, a saber: Manual del perfecto moroso (DDT, 1968), Cómo hacerse millonario (Super Carpanta, 1977), Así es mi vida (El Pequeño País, 1982), Vámonos al Bingo (JauJa, 1982 / Tope Guai!, 1989), Yo, dibujante al por mayor (JauJa, 1982), Yo, binguero profesional (Mortadelo 2ª etapa, 1986), Cómo llegar a ser rico dibujando (El Papus, 1986), Cómo llegar a ser alguien gracias al dibujo y Los Cuentos del Abuelilto Vázquez (Superlópez, 1987), Las cosas que me pasan a mí (Garibolo, 1987), Las cosas de Vázquez (Superlópez, 1988), Susi & Mari y Sábado, sabadete (Makoki, 1989), Mujeres o Diosas (Makoki, 1991) y Agente del Fisco (Viñetas, 1994).

Los Cuentos de Tío Vázquez (Mortadelo n.º 68, Ediciones B, 1988)

  Paradójicamente, en la penúltima historieta de la serie, publicada en el n.º 81 de la revista Mortadelo (Ediciones B, 1988), parece que Vázquez por fin encuentra la senda del ahorro, aunque solo sea con una cantidad simbólica. ¿Habría conseguido Vázquez por fin enderezar la trayectoria de su vástago? ¿Y de sí mismo?

Los Cuentos de Tío Vázquez (Mortadelo n.º 81, Ediciones B, 9/XI/1988)
 
  Y es que al leer las historietas de Los Cuentos de Tío Vázquez uno puede perder la noción de dónde termina la realidad y dónde empieza la ficción. Existe una delgada línea en las historietas sobre la que el dibujante se mueve como un equilibrista en ese sentido. Recordemos que Vázquez había tenido que pisar la cárcel hasta en tres ocasiones, como revela en cierta entrevista, llegando a pasar hasta seis meses encerrado, aunque no perdió el tiempo: cuenta que durante aquella estancia se produjo un incendio que apagó él mismo, además de salvar la vida de uno de los guardias. Recibió una mención de honor. Digno del guion de una de sus historietas. También tuvo tiempo para codearse con “peces gordos” (jefes de empresas en quiebra, de proyectos urbanísticos fallidos, de casas de discos…).

Los Cuentos de Tío Vázquez
(Mortadelo n.º 82, Ed. B, 16/XI/1988)

   Genio y figura hasta la sepultura. Así era Vázquez, y así era su personaje, que no se libró de sus acreedores ni siquiera en el más allá. Por cierto, ¿se merecía el cielo el Tío Vázquez? Imaginamos que sí, o eso pensaba, al menos, su creador.

Los Cuentos de Tío Vázquez ("¡Vaya día!" - Din Dan - Extra verano 1973)

  Para terminar, sería interesante comentar algo acerca de la autoría de la serie: llega un momento en el que esta termina pasando a manos ajenas. Vázquez lo explica en cierta entrevista, publicada en el Diario de Avisos (30/IV/1978): Anacleto fagocita a Tío Vázquez. Vende más, es más comercial, y además el argumento de sus historietas puede dar mucho más de sí, por lo que la editorial termina reclamando al dibujante más páginas del agente secreto. De hecho, en el trienio que abarca los años 1974 y 1977 no aparecen más historietas de Tío Vázquez realizadas por su creador. Regresará a la serie con el estreno de la nueva  revista Super Carpanta (1977) y ese mismo año realizará un par de historietas para la revista Super Sacarino. Pero no se publicarán más páginas suyas hasta 1981, y será en otras revistas (Bruguelandia, Mortadelo y Super Mortadelo). La editorial suplió desde el principio la ausencia de Vázquez con historietas apócrifas, realizadas por otros dibujantes, de nivel más bajo que las de Vázquez, pero que permitieron a Bruguera garantizar la cadencia de la serie. A pesar de todo, nos gustaría recuperar en este pequeño estudio una historieta muy especial que Jordi David Redó, dibujante de la casa, le hizo como homenaje póstumo y que nos hizo llegar en 2014. Para quien aún no lo sepa, Jordi David dibujó decenas de historietas de Mortadelo y Filemón en la sombra. Vázquez trabó amistad con Vázquez, que le había seleccionado precisamente como entintador, llegando incluso a realizar una historieta humorística conjunta, realizada a base de fotografías ("Todo estaba previsto..." - Tio Vivo Extra Verano 1970).

 
Todo estaba previsto... (Vázquez & Jordi David Redó, Tío Vivo – Extra verano 1970, Bruguera)

Página homenaje a Vázquez (Jordi David Redó, 2010)


Autor del artículo:

- Alfredo Sánchez Esteban

Revisión de textos / Correcciones:

- Carlos De Gregorio

Fuentes:

- (1) http://seronoser.free.fr/bruguera/entrevistavazquez.htm (Entrevista “El País Semanal” 31/I/1982, Sol Alameda)
- https://es.wikipedia.org/wiki/Novela_picaresca
- https://es.wikipedia.org/wiki/La_Historia_%C3%A9sa,_vista_por_Hollywood#El_gran_V%C3%A1zquez
- http://www.ojodepez-fanzine.net/latiacomforo/viewtopic.php?t=8518&start=0


Agradecimientos:

- Foro de la T.I.A.: The_Eva (por la magnífica portada para el integral y por toda la información aportada durante la elaboración del integral), Rubenmudito (por su gag de la serie), Jordi David Redó (por su página-homenaje), Ryogah, Balrog, Tonimn, Señor Ogro, Hediondo, Isivangal, Migsoto, Tausiet y Hergest (por ayudarnos con la indexación de historietas de una u otra forma), a DeOjeda (por sus escaneos), a Señor Ogro por la revisión de los textos del prólogo, a Mortantonio por su maquetación y limpieza de páginas (junto a Androide), y a todos los miembros del foro (Pablo, CaballeroMortadelo, Wayne_Campbell, etc...) que igualmente han colaborado de una u otra forma
- Mansión del CRG: Sin su esfuerzo, realizar el integral y la clasificación e identificación de historietas de Tío Vázquez, y por supuesto, este artículo, habría sido imposible.

"Quizá no encuentres a nadie que sea más amoral que yo.
Si hubiera una medalla para el mayor sinverguenza,
ésa la llevaría colgada yo".
Manuel Vázquez

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