""Lo social siempre ha estado presente en todo
lo que hago de forma más o menos visible".
Jan, (entrevista para Milkbar, 2021)
 

   Esta última etapa de Superlópez aglutina un último grupo de historietas que se publicaron antes de que finalizase la década, el siglo y el milenio, y que, como vimos, serían además las primeras que se publicaron de forma íntegra por Ediciones B. No obstante la primera de esas historietas, Los gemelos Superlópez - Vamos a ver elefantes, fue concebida precisamente para ser publicada por entregas. Integrada por ocho historietas cortas, como sucedió con la anterior, la idea era publicarlas secuencialmente en la revista Zipi y Zape, pero la cancelación de esta hizo que terminasen por publicarse en la colección Olé! (nº 29, X/1996). Se trata de un álbum un tanto flojo, con historias que intentan concienciar sobre el problema de la caza de especies en peligro (ballenas, focas, tigres, águilas reales,, rinocerontes, leones y osos), además de denunciar igualmente el abandono de perros en mitad de la carretera. Un álbum, en definitiva, pensado para un público infantil, pero que pasó sin pena ni gloria entre las manos de sus lectores.

 
  En 1997 Jan eligió un tema de rabiosa actualidad para su nuevo álbum: Los Cybernautas. En pleno despertar del gigante que hoy es internet el dibujante recupera a algunos de sus villanos más peligrosos (Refuller d'Abastos, Escariano Avieso y Lady Araña) para preparar una nueva diablura: provocar apariciones de monstruos virtuales a través de la, entonces aún desconocida para muchos, red de redes. El dibujante salpica las páginas del álbum (que empieza de una forma muy cervantina, dicho sea de paso) con toda esa jerga tan extraña de la informática (red, RAM, ROM, CPU, internet, módem...). Y además adorna esas viñetas con pistas de cirtuitos impresos. El álbum introduce otra particularidad más para los fans: Superlópez luce sus primeras canas, una seña de identidad más del personaje de la que Jan no le desprenderá en los álbumes sucesivos. A pesar de su estructura episódica, la aventura también se publicó directamente en álbum, como se ha comentado: en el Olé! nº 30.


  Por cierto, hay varias viñetas en las que vemos a Superlópez con unas gafas de realidad virtual en la cabeza. Era algo demasiado futurista en aquella época, hoy una verdadera realidad en muchos hogares gracias a la empresa Oculus. Es posible que Jan visionara la película El cortador de cesped (1992), en la que sus protagonistas utilizaban unas gafas de realidad virtual similares. El film se basaba en una novela de Stephen King (The Lawnmower man), aunque también hubo otras películas contemporáneas que tocaron la misma temática como Desafío Total (1990), Arcade (1993), Johny Mnemonic (1995). Aún quedaban un par de años para el estreno de la transgresora Matrix, y unas dos décadas para la espectacular Ready Player One de Steven Spielberg (2018).


  En El Supercrack (1997), Jan retoma la temática futbolística que ya tocó en La semana más larga. En este caso todo gira entorno al partido entre el Parchelona y el Coconut Breakers en un partido decisivo en el que el primero se juega seguir en el campeonato y el segundo el descenso a segunda división. El entrenador del Coconut por cierto, parece hablar una mezcla de castellano con palabras en alemán (aunque su equipo es británico). Este alemán es un tanto especial, parece que Jan se documentó con ayuda de un diccionario, pero expresiones como "¡Maldición!" se usan alló con un Wahnsinn! o Herrgott!), aquí Verwünschung.  Käfig von Grillen es, literalmente "Jaula de grillos", pero la expresión no existe como tal en dicha lengua. Al menos se aprecia que Jan se preocupó de utilizar palabras alemanas reales, aunque fuera de contexto. Casi todo el álbum se desarrolla en el estadio en el que tiene lugar el mencionado partido de fútbol, que el dibujante desarrolla con numerosos gags, pero con una trama de fondo: Al Trapone y su banda intentarán dar un golpe del siglo durante el evento.


   La aventura tiene tintes oníricos de todo tipo, surrealistas, como el torero despistado que aparece en el campo, o la mujer que reprime a Juan por sentarse casi encima de su marido, Menguancio, un tipo que lleva dos semanas disminuyendo de tamaño y al final del partido es del tamaño de una pulga.  En el penalty el rival tira a golpear al portero, provocado por este último (en lugar de intentar meter gol para ganar el partido), e incluso Jaime y Juan saltan al cesped como jugadores del Parchelona (Jaime grita "¡Ooostras...! ¡Pellízcame!" - ¿hay frase más onírica que esa?), Juan marca en propia puerta... ¡Nada tiene sentido! Y mientras, Al Trapone prepara su golpe maestro. Una aventura muy dinámica, cargada de gags, especialmente divertida para aquellos que disfrutan con el deporte rey, ya que Jan nos mete de lleno en la vibrante atmósfera de un estadio en dia de partido.

  Al año siguiente se publica Las minas del rey Soplomón (1998), otra de esas historietas "galácticas" que me ha recordado un poco al inicio de Los ladrones de ozono por su comienzo tan apocalíptico, con una nueva invasión extraterrestre. En esta ocasión los invasores parecen interesados en la genética de Superlópez, que podría ser muy útil crear un nuevo armamento que les permita derrotar a sus rivales En el secuestro del superhéroe se ven arrastrados, por accidente, "Chico" y Martha. Todos ellos son trasladados a Altivón, un planeta ubicado en la lejana nebulosa de las Perplejidades, donde habita la mencionada civilización. Bueno, y muchas otras, ya que la historieta es una auténtica guerra de las galaxias entre siete planetas ubicados en dicha nebulosa (Asterote, Electro, Cledo, Maja..., además del mencionado Altivón). Jan recrea una miríada de culturas y civilizaciones intergalácticas que luchan por diversos recursos, pero peca cayendo en su propia red: desarrolla un guion demasiado enrevesado y confuso, cuya lectura se me hizo indigesta y pesada. Me pareció una de las historietas más flojas de toda esta etapa (1973-2000).


 Los bocadillos de los extraterrestres van maquetados con una fuente tipográfica hecha por odenador. Jan se sigue mostrando crítico con ciertos temas, como la fabricación y el tráfico de armas, la explotación laboral, la inutilidad de las guerras, la inferioridad de las mujeres (aquí con una suerte de burka con forma de caja de cartón)... En cuanto a las influencias cinematográficas en el álbum, se advierte la influencia de Star Wars. De hecho, uno de los robots, con dos patas, recuerda al "walker" AT-ST. La nave nodriza con la que abre el álbum también nos hace pensar en aquellas de la serie ochentera "V", y hasta el rescate de Superlópez a Luisa que cae al vacío nos llevan al Superman de 1978. La aventura se publicó en el Olé! nº 32 (X/1998).
 

 Ese mismo año se celebra el 25º aniversario del personaje (1998) y Ediciones B publica el mencionado Olé! nº 33 para conmemorarlo. Ya hablamos de él en artículos pasados, precisamente porque incluyó historietas pretéritas como la polémica  Los gemelos Superlópez, la entrevista-parodia de Superlópez en la televisión, El origen de Superlópez, El Phantasma de la Teleúve, Cuando la suerte acecha, las "Tonterietas de Superlópez" e incluso El doble, una historieta de la primera etapa del personaje. La primera historieta del Olé!, eso sí, titulada 25 años, sí es una historieta inédita en el momento de su publicación, hecha por Jan para la ocasión. Es precisamente la que conmemora la efeméride del personaje, reuniendo a buena parte del elenco de personajes ya conocidos en una historieta de 16 páginas. Por un lado Escariano Avieso, aliado con el Refuller d'Abastos inventa un nuevo arma para acabar con Superlópez, mientras en Llauna Films Juan se encuentra al llegar a la oficina una reunión de empleados (incluidos Martha y "Chico") que deciden celebrar el 25º aniversario de Superlópez organizando una cena. Luisa será la encargada de elegir restaurante, mientras Juan se encargaría de llevar a Superlópez al lugar de la fiesta. Pero en un azaroso capricho del destino, Luisa se cruza con Al Trapone, que le recomienda el "Ristorante Salmonella" para organizar la cena, un restaurante que pertenece precisamente a la banda, y en el que se termina celebrando el evento. Un evento cargado de sorpresas, entre la que destacaría el divertido choque protagonizado por Luisa, Carasucia y Lady Araña en la tarta preparada para la fiesta.

  Tras el aniversario de Superópez Jan desarrolla una trilogía dedicada a Lady Araña, la única trilogía, de hecho, publicada a lo largo de la extensa serie (si no contamos la historieta Elecciones en Kaxim, que podría servir de complemento a estas). Se publica a lo largo de los años 1999 y 2000 en las revistas Olé! nºs 34-36, Otra vez Lady Araña (1999), La Guerra de Lady Araña (1999) y Adiós Lady Araña (2000). La primera de las aventuras tiene un principio muy cinematográfico, con la protagonista llegando a una guarida de los secuaces de Refuller d'Abastos, disfrazada de Mortadelo, haciéndose pasar precisamente por un emisario del propio Refuller. Araña es capturada por la banda de este, aunque solo aparentemente, ya que cuenta con aliados para evadirse y escapar de allí con los bolsillos llenos, dispuesta a montárselo por su cuenta.


  Esta primera aventura vuelve a tener un toque galáctico, que parece ser una temática que le gusta a Jan, protagonizada por una criatura de pequeño tamaño, Kaximpo que llega a la Tierra en una pequeña nave procedente del espacio exterior, perseguido por otra de mayor tamaño. Su aterrizaje recuerda un poco a varios filmes: a Superman (1978), por la manera en que Kaximpo toma tierra, a Terminator (1984), porque unos droides le persiguen con idea de exterminarlo, e incluso a  E.T., el extraterrestre (1982) de Spielberg (1982), no solo por la persecución frenética, sino también por el encuentro nocturno que se produce entre Kaximpo y Juan en el cobertizo de la casa rural en la que este pasaba el fin de semana junto a Luisa y Jaime.  Desde ese momento, el interés de Juan no será otro que intentar proteger a Kaximpo y ayudarle a encontrar el camino de regreso a su hogar, aunque su destino vuelve a cruzarse con el de Lady Araña, que además consigue hacerse con el control de la nave de los droides que persiguen a Kaximpo, y a quienes utilizará para intentar acabar con Superlópez. El final, de la aventura obviamente queda abierto, al tratarse de una trilogía. Superlópez intenta proteger a Kaximpo en Villa Soledad, y con Lady Araña poniendo su nave rumbo a Bombokie, un país ficticio en el corazón de África, al que precisamente también tenían pensado acudir Luisa, Jaime y Juan al comienzo del álbum. Y aunque no lo hemos comentado, hay un tercer hilo argumental relacionado con el comercio ilegal de armas en dicho país, tema recurrente en muchas historietas de Superlópez, como hemos visto con anterioridad.


  La historia continúa en la segunda parte de la trilogía: La guerra de Lady Araña. Publicada en el Olé! nº 35 (2000), se trata de una de esas pocas historietas en las que Juan no llega a aparecer en ninguna viñeta. La acción transcurre ahora en el mencionado Bombokie, país inventado por Jan, con capital en Bomboville,  en el que se habla francés, poso de un supuesto colonialismo pasado. Lady Araña secuestra entonces a Luisa y a Jaime en su hotel y la noticia saca a Superlópez de su tranquilidad en Villa Soledad (donde protegía a Kaximpo en compañía de la Hormiga Poeta y el Esquimal).


  En Bombokie Superlópez se cruza con los miembros de una ONG (Ramonet, la monja Sor Infortunio, y el británico Harry Reade), que ayudan como  buenamente pueden a los ciudadanos que integran el M.L.B. (Movimiento de Liberación de Bombokie). Superlópez no tarda en descubrir que el país es un avispero integrado por tres pueblos enfrentados: los Unus, los Utrus y los Demás. Los primeros estarían liderados por el comandante Kamba Balila, líder del M.L.B., que intenta armarse para proteger a su pueblo de los Utrus, con Bokassa Massa al frente. Mientras, los Demás, intentan huir de la guerra en un éxodo masivo. Con todo este tinglado como telón de fondo, no hay que perder de vista que Superlópez seguirá protegiendo incansablemente a Kaximpo, y que uno de los Terminadroides se plantará en Bombokie intentando exterminarlo de nuevo. A destacar el parecido entre el menú "canibal" que los Utrus le sirven a Superlópez y que recuerda al de Indiana Jones y el Templo Maldito (incluso el puente de lianas del film de Spielberg podría haber inspirado a Jan en varias viñetas). El dibujante también parodia de alguna manera a Napoleón Bonaparte, asociando al tirano Bokassa Massa algunos acontecimientos de la vida del emperador francés, como su deportación a la isla de Santa Elene o la escena de su autocoronación).
 

"No se trata de dibujar con el ordenador se trata de una evolución en la forma de
emprender los cómics. Además tengo más control de mi obra en el tema impresión.
Me sirve para dar color, separación de colores.  Lo pongo en un cd  y lo envío
a la editorial para la impresión. No me interesa dibujar con ordenador porque cambiaría
  mi estilo de hacer las cosas. Es una herramienta más para la impresión final."

Jan, (entrevista para El rincón del Taradete, 2013)

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