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Otros personajes de cómic
creepy & eerie, la revolución warren
Hice un boceto de mi anfitrión para la revista y lo envié a Jack Davis
para que diseñara una portada. Aún no tenía título. Los títulos son difíciles.
Pregúntale a cualquiera que haya tenido que inventarse uno.
Una noche, sentado solo en el estudio mirando las pruebas de Woody de los ECs,
me llamó Warren. Estaba cabreado y me exigió un nombre para el Proyecto D.
Yo estaba mirando un bocadillo con una bruja vieja, de Ingels,
y en el texto me llamó la atención la palabra "Creepy". Murmuré el nombre a Jim...
Ya teníamos título para la revista".
Russ Jones
Poco después, el editor y dibujante Russ Jones propuso a Jim Warren la idea de crear más cómics de terror en la línea de los que EC cómics había publicado en los años 50 : Tales from the Crypt, Vault of Horror y Crimen Suspenstories. Entre los dibujantes que habían trabajado en dichas revistas de EC se encontraba todo un elenco de artistas de mucho talento como Frank Frazetta, Jack Davis, Wallace Wood, Al Williamson y Graham Ingels. La Segunda Guerra Mundial había quedado atrás y en el mundo del cómic se exploraban nuevas temáticas y géneros, más allá del superheróico. Fue Russ Jones quien bautizó a la revista como Creepy, que significa algo así como escalofriante o espeluznante. Jim Warren le había pedido un nombre para la nueva revista y Jones, falto de inspiración, mientras miraba una de las antiguas revistas de EC con una bruja vieja, reparó en un bocadillo en el que aparecía la palabra "Creepy", que fue la que finalmente sugirió a Jim.
Portadas de diversos números de Tales from the Crypt, The Vault of Horror y Shock Suspenstories
de la editorial EC (años 50), publicadas recientemente por Diabolo en España
Logo de la Comics Code Authority
Gag que muestra a miembros de los comités estatales y locales "antisubversivos" en EEUU
saqueando el aula de una maestra, aterrorizándola a preguntas sobre qué libros lee.
(Créditos: 1949 Herblock Cartoons. )
James Warren logró evitar que Creepy se sometiese a las directrices marcadas por la Comics Code Authority porque dicho organismo solo regulaba los cómics a color que se vendían en los quioscos, pero no las revistas en blanco y negro, como Creepy, que se comercializaban en formato de revista y se distribuían fuera del ámbito del CCA, lo que les daba cierta libertad creativa. Así, Warren pudo incluir contenido más adulto y "oscuro", con historias de terror y temas que estaban habitualmente vetados por la CCA. Y así es como surgieron Creepy primero y, dos años después, tras su sonado éxito, su hermana pequeña, Eerie. El éxito de ambas motivó incluso la creación de una tercera revista, Vampirella, en 1969. En el caso concreto de Creepy, aunque empezó su andadura con una periodicidad trimestral, con el tiempo pasó a publicarse cada dos meses. La revista incluía, por lo general, recopilaciones de historietas cortas autoconclusivas, como en las antiguas publicaciones de EC, aunque hubo algunas excepciones. Algunos números se publicaron con una historia más larga, en concreto, los números 8 y 9 (1966) incluyeron la historia La tumba de Drácula, con guion de Archie Goodwin e ilustraciones de Reed Candrall, y los números 141, 143 y 145 (1982) llevaron la historia Moral Blood, con dibujos de Al Sánchez y guiones de Don McGregor.
Uno de los principales artífices del éxito de Creepy fue Archie Goodwin, gran escritor y dibujante. Nacido en Kansas, Misuri, en 1937, Goodwin había sido un ferviente fan de los cómics de EC desde los años cincuenta, cuando era un adolescente. Esa pasión le llevó a matricularse en la Cartoonist and Illustrators School (actualmente la School de Visual Arts) de Nueva York, donde conoció a Larry Ivie y a Paul Davies. Goodwin trabajó como caricaturista de un fanzine de ciencia ficción llamado Twig Illustrated y, junto a Ivie y Paul Davis realizó otro fanzine, Hoohah, editado por Ron Parker. Goodwin comenta que el curso de dibujante de cómics duraba tres años y que nunca llegó a graduarse. Después de dos años y medio de cursos, ya no podía seguir pagándose la escuela y un amigo le comentó que estaban publicando una revista de pesca y que les gustaría contar con una página de cómic.
Poco después, hacia septiembre u octubre de 1956, Goodwin conoció a Al Williamson a través de Larry Ivie, un amigo de la escuela, muy fan de EC y de los cómics en general (y que terminaría colaborando para la revista Creepy años después). Larry se había armado de valor y había contactado por teléfono con Williamson, ofreciéndose como dibujante. Williamson le invitó a que fuera a verle. Poco después el propio Williamson se presentó en la escuela de dibujantes, donde había quedado con Larry, y coincidió con Goodwin, que se quedó estupefacto al saber que estaba ante el famoso editor. El propio Williamson comenta que conoció a Goodwin ese mismo día, pero en casa de Larry Ivie. Sea como fuere, Williamson y Goodwin se hicieron amigos y empezaron a quedar para ir al cine y salir por ahí. En 1962, Williamson le pidió a Goodwin un guion y este redactó Hermit, para Harvey Comics, que terminó siendo dibujada por Reed Crandall y entintada por el propio Williamson. Aquella fue la primera historia que le publicaron, antes incluso que el material que apareció posteriormente en la revista Redbook.
Original de la primera media página del “¡Hermit!” que Goodwin realizó para Harvey Comics
en 1962. Dibujado por Reed Crandall y Al Williamson (Alarming Adventures #1, X/1962)
Goodwin estuvo dos meses de prueba y después le contrataron. Mientras trabajaba en Redbook mantenía su amistad con Williamson, que empezó a trabajar con John Prentice en Rip Kirby. John compartía un estudio con Leonard Starr, que un día le comentó que necesitaba a alguien que le echase una mano con los guiones de sus tiras. Al le dijo que tenía un amigo que hacía guiones, y así fue como Goodwin empezó a trabajar como asistente de Leonard Starr en su tira cómica, On Stage. Trabajó junto a él durante alrededor de dos años, hasta que le llamaron a filas para cumplir el servicio militar.Tras el ejército Goodwin regresó a Redbook.
En aquel tiempo Warren había creado la revista Creepy y buscaba guionistas. Era un mundillo era algo cerrado y todos se conocían. Al Williamson y Larry Ivie recomendaron a Goodwin al primer editor de Creepy, Russ Jones, y al propio Warren, nada menos que el director de la revista. Estos contrataron a Goodwin, que abandonó su segunda etapa en Redbook y comenzó su andadura como escritor en la editorial Warren Publishing. Warren pagaba alrededor de cinco dólares por el guion de una página en una época en la que los mejores guionistas de cómics podían llegar a cobrar el doble de esa cantidad. En los primeros compases de la revista Creepy surgieron algunas tensiones entre Goodwin y Warren. Goodwin se había convertido en editor desde el cuarto número, trasla marcha de Russ Jones en 1965 por desavenencias con Warren. Sucedió entonces que Warren había apostado fuertemente por los monstruos, su sello personal, ya que los consideraba el secreto de su éxito. Pero Goodwin pensaba que esa línea era muy limitante y encorsetaba mucho las historias, aunque al final tuvo que pasar por el aro, haciendo lo que pudo ajustándose a esa línea. Esto se percibe muy bien en los primeros números de Creepy, que incluyen muchas historias con vampiros, hombres lobo, Frankenstein... y muchas historias similares de un número a otro. Archie, de haberse quedado, habría tirado más hacia una línea de historias de terror como la que vendría después, sin tanta dependencia de los monstruos del cine.
El éxito de la revista motivó la aparición de una revista hermana, Eerie, que nació oficialmente en marzo de 1966, con Goodwin como editor, con rotulación de Gaspar Saladino y un logo diseñado por el japonés Ben Oda. Después llegaría la mencionada revista Vampirella (1969), que surgió a partir de una idea del mencionado Forrest J. Ackerman, amigo de Warren y cofundador junto a él de la mencionada Famous Monsters of Filmland, como hemos comentado al inicio del artículo. El nombre de la revista significa en castellano algo así como extraño o misterioso.
Viñeta de Frank Frazetta para el primer número de Creepy, a partir de un guion de aArry Ivie.
En los primeros números de Creepy tuvieron más peso los monstruos clásicos. La historia
aparece presentada por Julius, un narrador que no tuvo tanta continuidad como Tío Creepy
Lo de la revista Eerie tiene miga, ya que surgió como una respuesta apresurada de James Warren para evitar que le hicieran la competencia, después de enterarse de que Myron Fass, uno de los propietarios de la editorial Eerie Publishing, pensaba comercializar una revista dedicada a los cómics del género de terror con ese título. Como si de una partida de ajedrez se tratara, Warren se adelantó en esa jugada a Fass montando una revista de treinta páginas, sin mucho criterio. Le pidió a Archie Goodwin que juntara tres historias de las que tenian programadas para los siguientes números de Creepy e imprimió doscientos ejemplares, que distribuyó en quioscos de cuatro estados, previo envío de una copia a la oficina de Derechos de Autor de Washington DC.
Así, Myron Fass y su socio Stanley R. Harris se vieron obligados a cambiar el nombre a su nueva revista, que pasó a llamarse Weird. Eerie Publishing editó también otras revistas con historias de miedo en blanco y negro como Horror Tales, Terror Tales, Tales from the Tomb, Tales of Voodoo, y Witches' Tales. Poco a poco, Eerie, que también empezó con historietas de monstruos, vampiros y hombres lobo, también fue introduciendo historietas de ciencia ficción, al igual que hacía Creepy, y seriales y personajes como Niño, Dax el Guerrero, Cazador, Shreck, La noche del burro, Apocalipsis, El ataúd o El timo. Respecto a la edición "Piloto" de Eerie, conocida como edición "Ashcan", con los años se convirtió en un codiciado objeto de deseo entre los coleccionistas del género, rozando precios desorbitados, llegando incluso a venderse copias "piratas" de dicho cómic.
Warren hizo una segunda impresión de aquella edición, en 1965, para satisfacer la demanda de fans descontentos, ya que no habían podido hacerse con la primera versión. Ambas ediciones son muy parecidas: se imprimieron en blanco y negro, con un tamaño aproximado de 13,34 cm de ancho por 18,42 cm de alto. La original tenía bordes recortados de manera uniforme y en la quinta viñeta de la página 18, en la esquina superior izquierda, la vista trasera de un hombre calvo se mezcla con un fondo negro sólido que resulta irreconocible, debida a la baja calidad de impresión general. En la reimpresión, los bordes se ven desiguales y sin recortar y la figura del hombre calvo de la página 18 es ahora clara y reconocible. Posteriormente, Warren publicó un anuncio ofreciendo una recompensa de 500 dólares denunciando las copias piratas. Parece que en la editorial escoció la impresión de esas copias piratas, pero no la jugada de publicar una especie de fanzine por la vía rápida para adelantarse a la competencia.
Anuncio de Warren denunciando la impresión ilegal o pirata de
la edición Ashcan de Eerie, previa a la edición definitiva
A partir del nº 54, en 1974, James Warren incorporó las historietas a color. Eerie fue una revista que, en palabras del propio Ackerman, amigo de Warren, "desafió las convenciones e influyó en el mundo del cómic". La revista también incluyó anuncios con artículos de todo tipo, un reclamo para los fans: películas de ocho milímetros (cuando no había VHS ni DVD), números atrasados, máscaras de monstruos, anillos... Las máscaras del Tío Creepy y del Primo Eerie de Don Post Studios se anunciaron en diferentes formatos y anuncios en las páginas de Creepy e Eere a lo largo de más de dos décadas. El primer anuncio apareció en el nº 11 de la revista Creepy (X/1966) y el último en el nº 98 (VI/1978), aunque Creepy aun se publicaría durante casi cincuenta números más, ya sin anuncios de las mencionadas máscaras.
Pero volvamos con Creepy. El formato de la revista introdujo desde sus primeros números a varios narradores, que emularían a otros ya conocidos como el Guardián de la Cripta o la Vieja Bruja. En concreto, la historia de El hombre lobo (última historia de cómic que ilustraría el gran Frank Frazetta) aparece presentada por el personaje de Julius. Y en el cuarto número de la revista aparece explicado el nacimiento del Tío Creepy en la historia Reunión de Monstruos (escrita precisamente por Goodwin e ilustrada por Angelo Torres). Quizá sea interesante mencionar aquí que la idea de recrear a un "bebé" de Tío Creepy no es tan original, ya que en la colección Tales from the Crypt nº 33 ya se incluyó una historieta con una idea similar ("Baja cuna"), reproduciendo al Guardián de la Cripta en pañales, dibujada precisamente por el mismo dibujante Jack Davis.
Izda: Pequeño Tío Creepy (Reunión de Monstruos, Creepy nº 4, 1965)
Dcha: Guardián de la Cripta en pañales (Baja cuna, Tales from the Cript nº 33 XII/1952-I/1953)
Creado por Jack Davis, el personaje de Tío Creepy se convertirá, a lo largo del tiempo, en un personaje emblemático que caló incluso en la cultura popular, apareciendo en portada de algunos álbumes e inspirando incluso prendas de vestir y productos de Halloween. Warren imitó el mismo modelo en la revista Eerie, recuperando a la figura del anfitrión, el Primo Eerie en dicha ocasión, para presentar las historietas en cada número. Al igual que el Tío Creepy, el Primo Eerie también fue diseñado por Jack Davis.
Goodwin, se convirtió en uno de los autores más destacados del cómic, ayudando a llevar a la editorial a despegar con fuerza en el mundo de las revistas del género de terror, en blanco y negro. En aquellos años colaboraron con la revista numerosos dibujantes de renombre como Neal Adams, Gray Morrow, Steve Ditko, Alex Toth, John Severin, Angelo Torres, Jerry Grandenetti, Al Williamson o Wally Wood. Algunos, como Severin, habían sido reclutados por Jim Warren de EC Comics a través de su amigo y colaborador Al Williamson. Para sacar lo mejor de cada dibujante, antes de escribir una historia, Goodwin les preguntaba qué tipo de historia o ambientación querían desarrollar, algo que también le ayudaba a centrarse en el tipo de historia que quería crear, generando asi ideas para dichas historias. De hecho, a finales del siglo XX se consideraba a Goodwin como una de las mejores personas con las que se podía trabajar en el mundo del cómic norteamericano, no solo por ser uno de los mejores editores, sino también por su agradable trato. Parece razonable que en su día el dibujante Alex Toth expresase ese sentimiento con una frase para enmarcarse: “Ninguno de nosotros trabajaba aquí por el dinero ya que no había mucho, trabajábamos aquí para poder trabajar con Archie”.
Abajo: Historia de Alex Toth (Creepy nº 75, XI/1975)
Goodwin también escribió muchas adaptaciones de novelas conocidas para Creepy. Al principio, modificaba los comienzos o los finales, ya que pensaba que estos eran vox populi. Pero después pensó que era mejor ser fiel a las historias originales y realizó guiones más fieles a estas. Entre los relatos más conocidos de la literatura clásica podemos encontrar algunos cuentos de Edgar Allan Poe (El corazón delator, El barril de amontillado, Hop-Frog) o La aventura del estudiante alemán, de Washington Irving, pero también creó guiones para historias con personajes clásicos como Drácula o Frankenstein, como El ataúd de Drácula o La tradición de Frankenstein.
En octubre de 1967, Goodwin tiró la toalla como editor de Creepy, tras la publicación del número 17. Por aquel entonces también era editor de la revista Eerie, de la que también renunció a seguir siendo su editor tras la publicación del undécimo número, en septiembre de 1967. Warren atravesaba una crisis económica importante que se prolongó a lo largo de los años 1968 y 1969 y obligó a la editorial a realizar recortes salariales en los guionistas y dibujantes, lo que provocó una fuga de talentos de la revista. Esto hizo que Warren rellenase buena parte de los contenidos de la revista con historietas recicladas de la era Goodwin, ya publicadas, con cierta asiduidad (y sin volver a pagar a sus autores por la republicación de todo ese material). Al menos hasta el nº 32 de Creepy (abril de 1970) y el nº 26 de Eerie (marzo de 1970). La llegada del primer número de Vampirella en septiembre de 1969 puede considerarse el final de esa época en la que tocó apretarse el cinturón. A lo largo de todo ese tiempo, la revista fue dirigida por diversos editores, como Bill Parente, Nicola Cuti y el propio Warren. Además, Marv Wolfman intervino durante una breve época, en su mayor parte sin acreditar, como editor de historias durante los meses iniciales de Bill Dubay como director de arte (Dubay había comenzado en Warren como dibujante desde el número 32 (1970)). Al Hewetson dijo en un artículo del Comics Journal que también le llegaron a ofrecer el puesto de editor durante esta etapa, lo que parece sugerir que, al principio, Jim Warren no estaba totalmente comprometido con Dubay.
Tras el estreno de la revista Vampirella, la situación mejoró y algunos artistas como Frazetta, Crandall, Wood o el propio Goodwin (que fue el editor asociado entre los números 35 y 39), regresaron al redil. Tras la segunda partida de Goodwin, llegaron nuevos editores, como Billy Graham y J. R. Cochran. William (Bill) Dubay hizo las veces de editor entre los números 50 al 78 (a excepción de un breve periodo en 1974, entre los números 61 y 64, en los que Goodwin asumió de nuevo el rol de editor).
Durante la era de Dubay, se dio algo más de énfasis a las ediciones temáticas, como los números dedicados a Edgar Allan Poe (69 y 70), a la ciencia ficción (73) o a la Navidad (59, 68 y 77). Además, en esta etapa se incluyeron algunas historias a color en las revistas (a menudo de Richard Corben) dándole un plus a la revista, que se volvía algo más atractiva para los lectores. A partir del número 78, Dubay renunció a seguir siendo editor y Louise Jones, su asistente, toma el testigo hasta el número 116 (III/1980). En la etapa de Jones cabe destacar la aparición de dibujantes como Carmine Infantino y un equipo de ilustradores filipinos: Alex Niño, Alfredo Alcala, Tony de Zuñiga, Nestor Redondo, Rubén Yankovic o Rudy Nebres, que enriquecieron notablemente la revista. Con todo, Dubay regresó a Creepy, de nuevo como editor, tras la renuncia de Jones. Lo hizo bajo el seudónimo Will Richardson, hasta el número 126 (es decir, hizo las veces de editor desde 1972 a 1982). Después llegaron nuevos editores, pero la revista entró en un nuevo ciclo de reciclado de historietas hasta su ocaso, en febrero de 1983, momento en el que se publica el último número de Creepy de la era Warren, el nº 145, que llegó poco antes de la quiebra de la editorial. Obviamente, las revistas hermanas Eerie y Vampirella corrieron la misma suerte, publicándose sus últimos números ese mismo año de 1983.
de los artistas filipinos que aportaron muchísimo a Creepy en los años setenta
Pero antes del ocaso de estas estrellas del cómic, en la década de los setenta, se produjo un cierto renacimiento notable del comic de terror. Parte de la culpa la tuvo un equipo de dibujantes como Bruce Jones y Berni Wrightson, así como la posterior llegada de toda una serie de dibujantes españoles del Estudio Barcelona, de la agencia española Selecciones Ilustradas, a finales de 1972, para suplir la marcha de todo ese conjunto de dibujantes norteamericanos que abandonaron la editorial, a excepción de Richard Corben y Tom Sutton. Se trataba de astros como Esteban Maroto, José María Beà, Pepe González, Rafael Aura León, Manuel Sanjulián, José Gual, Luís García, José González, José Beà, Martín Salvador, Isidro Monés, Jaime Brocal Remohí, Enrich Torres... Si la era de Archie Goodwin fue la edad dorada de Warren, los años de Bill Dubay y Louise Simonson fueron su edad de plata, con grandísimos guionistas como Gerry Boudreau, Budd Lewis, Jim Stenstrum, Steve Skeates o Doug Moench (que solo entre 1970 y 1973 llegó a aportar alrededor de cien guiones a las diferentes cabeceras de Warren).
Bustos de Tío Creepy y Primo Eerie (Subasta de h. 2000). Creados por Norman Cabrera
en yeso y con aspecto de textura de piedra, recordando a monumentos funerarios
Los artistas norteamericanos, desplazados, buscaron hueco en otras partes. Dave Cockrum se marchó a DC, Weiss, Ploog y Brunner a la Marvel, Al Hewetson se hizo editor de títulos como Nightmare y Psycho, al que poco después se le unió el guionista Ed Fedory. Lynn Marron escribió algunas historias para DC, Bodé y Todd regresaron al underground y a las revistas para adultos. Waldrop y Wilson empezaron a escribir novelas. A finales de 1972, el noventa por ciento del material que publicaban las revistas Warren era ya de origen español. Dos años después, en 1974, algunos de los dibujantes norteamericanos que habían salido de Creepy años antes, como John Severin, Wally Wood o Alex Toth, regresaron al redil. Durante aquellos años, la frecuencia de publicación de Creepy y de otras revistas de la editorial aumentó a nueve números al año. En aquellos años, hacia 1973-74, podríamos decir que se había llegado al clímax de la publicación de revistas de terror en el mercado. Los quioscos tenian más cómics de miedo que en los años cincuenta y casi todas las editoriales tenían alguna cabecera de terror. Incluso Archie Comics se subió al carro con Chilling Adventures in Sorcery as Told by Sabrina. Sin embargo Warren hizo lo contrario que otras editoriales. En lugar de expandirse y saturar el mercado, siguió centrándose en mantener su línea de cómics con sus tres cabeceras insignia. Sin embargo, a finales de los años setenta, los quioscos ya no necesitaban prcisamente más cómics de terror. Empezó un cierto declive.
La debacle de la Warren llegó en 1983, año en el que la editorial se declara en bancarrota. Harris Publications aprovechó el momento para hacerse con los activos de esta, incluyendo las revistas Creepy, Eerie y Vampirella, aunque solo llegaron a publicar un único número de Creepy (el nº 146). Las dudas legales impidieron que se llegasen a publicar más números de cualquiera de las revistas hermanas. En el año 2000, tras una larga disputa legal con Harris, Jim Warren y Warren Publishing lograron recuperar la propiedad exclusiva de los derechos de las revistas Creepy y Eerie, relanzándose la revista Creepy casi una década después, en 2009. A lo largo de todo ese tiempo, los dibujantes más prolíficos de la revista Creepy fueron Tom Sutton, Reed Crandall, Richard Corben, Martín Salvador, Joe Orlando, John Severin, Angelo Torres, Esteban Maroto, Adolfo Abellán, Ernie Colon, Gray Morrow, José María Beà, Tony Williamsune, Jerry Grandenetty, Steve Ditko, Alex Toth y José Ortiz, aunque hubo muchos otros dibujantes que realizaron historietas para la revista en repetidas ocasiones. En cuanto a los guionistas, sin duda Archie Goodwin se llevó la palma, pero hubo muchos otros autores inolvidables como Bill Dubay, Douglas Moench, Budd Lewis, Bill Parente, Gerry Boudreau, Rich Margopoulos, Steve Skeates, Tom Sutton, Casay Brennan, Ron Parker o Al Hewetson. Algunos, como Alex Toth o Richard Corben, fueron artistas "todoterreno" que, ocasionalmente, dibujaron historietas a partir de guiones propios.
Como los buenos vinos, el paso del tiempo dio cuerpo y valor al arte y los guiones de las historietas de terror y ciencia ficción de las añejas revistas Warren. Así, en 2000, comenzaron las negociaciones entre New Comic Company LLC con Jim Warren a través de Dan Braun y Craig Hafner. Dichas negociaciones se prolongaron durante siete años, fructificando finalmente en febrero de 2007. Como gesto de conciliación, al cerrar el trato Jim Warren les regaló a Braun y a Hafner un anillo de Creepy, de los que se vendían años atrás. Y así, la New Comic Company lograba finalmente hacerse con los derechos de las revistas Creepy y Eerie asociándose poco después con Dark Horse Comics a través de Mike Richardson para lanzar al mercado una edición de lujo, en tapa dura, de ambas revistas. En España dicha edición fue publicada por la editorial Planeta en sendas ediciones integrales: en 2010 (Creepy) y 2011 (Eerie), aunque ambas quedaron interrumpidas en el ecuador de la colección. Afortunadamente, las dos colecciones fueron retomadas por la misma editorial en 2024, siendo publicadas ambas en la actualidad. Confiemos en que lleguen a buen puerto y logren completarlas.
Portadas del Creepy y Dossier Negro publicadas en España con material
de Creeoy y Eerie (Toutain, II/1980 y XII/1978 respectivamente)
La influencia de las revistas Warren en la cultura popular norteamericana fue notable, trascendiendo incluso al cine y la televisión, con películas como Creepshow (1982), dirigida por George Romero a partir de un guion del maestro del terror Stephen King, o series de televisión como Historias de la Cripta (1989-1996) o Creepshow (2019-2023). Creepy se ganó a pulso el poder ser considerado como uno de los mejores cómics de la historia. Warren creó todo un universo, uno de los más memorables de todos los universos del cómic creados. Sería de recibo, llegados casi al final del artículo, ofrecer a nuestros lectores una relación de todas las historietas que se publicaron en las revistas Creepy y Eerie, junto a los nombres de los guionistas y dibujantes que las crearon. No obstante, dada la extensión de dichos listados, compartimos la siguiente hoja excel en la que hemos ido indexando y valorando todas las historietas publicadas hasta la fecha en nuestro país. Os animamos a contactar con nosotros si queréis colaborar con el artículo o con la mejora de dichos listados, confiando en que os haya resultado ameno todo este recorrido por la historia de dos de las revistas más importantes del cómic mundial en lo que a género de terror se refiere. Y si léeis alguna historieta de terror publicada por Warren, recordad que tenéis que intentar hacer un ejercicio previo, intentando entender el contexto y la época ne la que se crearon. De otro modo, correréis el riesgo de no poder disfrutarlas en su justa medida.
- Alfredo Sánchez Esteban
Colaboraciones y agradecimientos:
- COMPLETAR
Bibliografía:
- Creepy - Integral 1 (Planeta, I/2010) - Textos de John B. Cooke
- Creepy - Integral 3 (Planeta, IX/2010) - Textos de Dan Braun y Craig Haffner
- Creepy - Integral 4 (Planeta, XII/2010) - Entrevista a Archie Goodwin por Steve Ringgenberg
- Creepy - Integral 9 (Planeta, VII/2011) - Textos de Richard J. Arndt
- Creepy - Integral 10 (Planeta, III/2012) - Textos de David Horne (I/2011)
- Creepy - Integral 16 (Planeta, IX/2024) - Entrevista a John Severin (I/2011)
- Eerie - Integral 1 (Planeta, V/2011) - Textos de Forrest J. Ackerman
- Eerie - Integral 3 (Planeta, IX/2011) - Textos de Gail Simone
- Eerie - Integral 4 (Planeta, XI/2011) - Entrevista a Al Williamson por Steve Ringgenberg
- Eerie - Integral 6 (Planeta, IV/2012) - Entrevista a Doug Moench por Steve Ringgenberg
- Eerie - Integral 10 (Planeta, VIII/2013) - Eerie en 1973: Entretenida en plena evolución (Batton Lash)
Fuentes:
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https://www.barnebys.com/auctions/lot/uncle-creepy-and-cousin-eerie-2-busts-of-the-warren-horror-comics-b_eabkvq4
https://brainstomping.com/2018/09/07/steve-ditko-y-archie-goodwin-en-la-warren-dos-genios-del-comic-dando-lo-mejor-de-si-mismos/
trabajábamos aquí para poder trabajar con Archie”.
Alex Toth
“Mi siguiente carta a Jim Warren fue,
'Querido Jim. Que te jodan. Atentamente. Doug'"
Doug Moench (Entrevista de Steve Riggenberg, Eerie nº 6, Planeta, 2012)