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Testigos de una época
capítulo 3 - apaños y otros despistes
(Por Raúl Suay)
Haciendo doblete
A principios de los años 60, la plantilla de ‘Pulgarcito’ estaba compuesta por unos dieciocho personajes la mayoría de los cuales no ocupaba página fija alguna en la revista, sino que iba alternando su ubicación en la misma de forma totalmente aleatoria, semana a semana. No era infrecuente que tal nómina no dispusiera de espacio suficiente en la publicación (bien porque se incluyese en la misma páginas publicitarias o de autopromoción editorial) para que alguno de sus miembros pudiera faltar ocasionalmente en algún número a su cita con los lectores. No obstante, lo que sí podía constituir toda una rareza es que en un mismo ejemplar un personaje hiciera su aparición por duplicado, y esto es precisamente lo que ocurrió en el nº 1584 del semanario, cuando, seguramente por despiste brugueril pero para deleite de sus seguidores, dos historietas de Mortadelo y Filemón se “colaron” en dos páginas diferentes del mismo.
Los mismos perros con distintos collares
Aplicar un método de censado y clasificación por "palabras-clave" para las historietas primitivas no tituladas no sólo nos ha permitido reparar en las puntuales ocasiones en las que al reeditarse viejas aventuras con nueva maquetación, colorido y rotulación se podía aprovechar también para introducir pequeños cambios en los textos de las viñetas por motivos de censura como ya hemos visto, sino que dicha técnica también ha hecho que podamos reparar en otras curiosas alteraciones realizadas por razones bien distintas, si bien la mayoría de estas respondían al consabido objeto de reciclar y modernizar un material antiguo para que no desentonara demasiado con lo ya conocido por los lectores de las nuevas generaciones o para adaptarlo a un contexto específico de la publicación en que se reeditaban. Así pues, hemos podido hallar ejemplos de ello en una de las páginas aparecidas en el Tio Vivo Extra de Verano de 1970, donde se modifica el contenido de muchos de los bocadillos de la edición original de una historieta publicada a finales de 1963; también en el nº 124 de la revista Mortadelo, en que se hace lo propio en las primeras cuatro viñetas de una historieta dibujada años atrás en el Pulgarcito Almanaque para 1967; o igualmente, en el singular caso documentado en el nº 99 de Mortadelo, en que, de forma sospechosa, se varía el apodo del antagonista aparecido originariamente en el Pulgarcito nº 1712.
La versión de la historieta del Pulgarcito 1704 (30/XII/1963) reeditada en el Tio Vivo Extra de Verano de 1970 (6/VII/1970) adaptaba los bocadillos de aquella para reajustarlos a una temática más veraniega, en consonancia con la naturaleza estacional del ejemplar, amén de que algunas viñetas se cambiaron de orden y se eliminaron otras tantas para dar cabida en la parte inferior de la hoja a un larguísimo chiste de Vázquez que ocupaba prácticamente las sesenta y ocho páginas de aquel número extraordinario.
Pulgarcito Almanaque para 1967 (28/XII/1966) / Revista Mortadelo nº 124 (9/IV/1973)
MyF ya hacía cuatro años que habían entrado a formar parte de la organización secreta de la T.I.A. cuando se reeditó en el nº 124 de la revista Mortadelo (9/IV/1973) una historieta que ya había visto la luz en el Almanaque para 1967 del semanario Pulgarcito (28/XI/1966), razón por la cual se decidió actualizar los textos de los bocadillos iniciales a la par que se redimensionaron sus viñetas para así hacerla pasar por una entrega de las de cinco tiras por página, como las que Ibáñez ya dibujaba en aquella época.
Historietas “siamesas”
Entre las más de mil historietas cortas independientes que Ibáñez dibujó sobre los agentes antes de que en 1970 empezaran a publicarse los seriales (que ya se trataban de un híbrido entre historieta corta y aventura larga), sólo se ha podido documentar un único caso en el que una publicación original se presentase a los lectores directamente de forma remaquetada. Así ocurrió en el Pulgarcito 1756, sólo mes y medio después de que MyF hubiesen pasado a ocupar el privilegiado puesto de las páginas centrales del semanario inaugurando con ello también un formato apaisado, y es que basta con una ligera lectura de dicha historieta para darse cuenta de que no solamente salta a la vista que no se ajusta a dicha estructura horizontal, sino que también se trata en realidad de dos historietas que el dibujante concibió de manera separada y no como una única aventura de dos páginas, que es tal como apareció en el susodicho ejemplar únicamente para ajustarlas a dicha reciente disposición central.
¿Y dónde metemos esto?
La efervescencia creativa que caracterizó la década de los sesenta en la obra de Ibáñez, tanto por la multiplicación del volumen de historietas de este par de detectives como por la aparición de nuevas series y personajes, acabaría siendo al final tan sólo el preámbulo del cénit de la genialidad del autor, la cual eclosionaría con la llegada de las aventuras de cuarenta y cuatro páginas, elaboradas en sus inicios con un afán imitador del estilo europeo. Ciertamente, parece ser que la idea de lanzar al mercado la nueva cabecera ‘Gran Pulgarcito’ como un producto más cuidado y de mayor calidad a imitación de otros legendarios semanarios como ‘Spirou’ o ‘Pilote’ ya rondaba por la cabeza de la dirección de Bruguera al menos desde 1968, pues considerando que el nº 1 de dicha revista llegaría a los quioscos en enero de 1969 es coherente deducir que, para centrarse en esta nueva labor, al dibujante se le permitiera abandonar seis meses antes las exigidas entregas semanales para la revista 'Tio Vivo' tanto de MyF como de otra de sus series-estrella, 13 Rúe del Percebe, respectivamente en sus números 385 y 386. Mientras que la primera continuaría paralelamente su andadura en el semanario que la vio nacer, Pulgarcito, la segunda pasaría a manos apócrifas durante año y medio más. Parece claro que durante esos seis meses Ibáñez empleó parte de su tiempo en preparar la guionización de la que sería la carta de presentación de esta pareja a nivel internacional, y que no fue sino la aventura larga 'El sulfato atómico'. Es por esto que resulta interesante encontrarse aún con una historieta nueva de los agentes en el semanario Tio Vivo nueve meses después de su despedida, en el número 419 de la misma, aunque no sorprende colegir que dicha inclusión obedeciera a una mera maniobra espontánea de reubicar un material "sobrante" al que se le debía dar salida.
No menos sorprendente es el caso del Pulgarcito Extra de Primavera de 1972, en la cual se publicó la que parece que pudo ser la última historieta ideada para Tio Vivo pero que, por algún desconocido motivo, se traspapeló entre los archivos de Bruguera y no se rescató hasta al menos tres años y medio después de su realización. Las razones por las que sospechamos que dicha historieta estuvo inicialmente pensada para la mencionada revista es su extensión, ya que ésta es de 1 página y así fueron todos los episodios que se editaron en los números ordinarios de esta publicación. Del mismo modo, también es una pista el estilo de dibujo que se aprecia en dicha página, mucho más similar al que tenía Ibáñez a mediados de 1968 que al que ya había adoptado a inicios de 1972. La disposición de seis tiras aún fue una tónica que siguió dándose en el semanario Pulgarcito, si bien cabe destacar que ello terminó en el número 2125 (del 31 de enero de 1972) y que en realidad, el autor no había vuelto a dibujar ninguna historieta corta independiente (esto es, no incluida dentro de un serial) desde hacía más de tres años (si exceptuamos los números extraordinarios).
Tras investigar más de 950 tebeos pertenecientes tanto a colecciones cronológicamente paralelas a Pulgarcito y Tio Vivo como a estas mismas revistas dentro de un período que abarca desde mediados de 1968 hasta principios de 1972 podemos afirmar que la historieta de una página aparecida en el Pulgarcito Extra de Primavera de 1972 (la cual iba previamente acompañada de la reedición de otra aventura ya vista en el Pulgarcito 1782), tuvo su edición original en este ejemplar extraordinario.
Haciendo doblete
A principios de los años 60, la plantilla de ‘Pulgarcito’ estaba compuesta por unos dieciocho personajes la mayoría de los cuales no ocupaba página fija alguna en la revista, sino que iba alternando su ubicación en la misma de forma totalmente aleatoria, semana a semana. No era infrecuente que tal nómina no dispusiera de espacio suficiente en la publicación (bien porque se incluyese en la misma páginas publicitarias o de autopromoción editorial) para que alguno de sus miembros pudiera faltar ocasionalmente en algún número a su cita con los lectores. No obstante, lo que sí podía constituir toda una rareza es que en un mismo ejemplar un personaje hiciera su aparición por duplicado, y esto es precisamente lo que ocurrió en el nº 1584 del semanario, cuando, seguramente por despiste brugueril pero para deleite de sus seguidores, dos historietas de Mortadelo y Filemón se “colaron” en dos páginas diferentes del mismo.
El nº 1584 de Pulgarcito (11/IX/1961) presentó de manera excepcional dos historietas de Mortadelo y Filemón de una página cada una, respectivamente en las páginas 14 y 20 (contraportada) del mismo. Es fácil suponer que se trató de un descuido editorial y que con bastante probabilidad, la primera historieta, dada su disposición a 5 tiras pero sin ocupar la página completa, pudo estar ideada originariamente para ocupar una portada del semanario (obsérvese además que dicha página tuvo probablemente que ser “rescatada” de algún fichero semiolvidado tiempo atrás, visto el aspecto gráfico más primitivo que presentaban sus protagonistas). Cabe resaltar la singularidad de este hecho pues, durante los casi treinta años de duración de esta etapa de la revista apenas se han podido documentar otros casos similares de apariciones duplicadas de un mismo personaje, con la salvedad del nº 1529 (donde aparecieron dos historietas de las hermanas Gilda) o el nº 1855 (con dos historietas de Petra).
Los mismos perros con distintos collares
Aplicar un método de censado y clasificación por "palabras-clave" para las historietas primitivas no tituladas no sólo nos ha permitido reparar en las puntuales ocasiones en las que al reeditarse viejas aventuras con nueva maquetación, colorido y rotulación se podía aprovechar también para introducir pequeños cambios en los textos de las viñetas por motivos de censura como ya hemos visto, sino que dicha técnica también ha hecho que podamos reparar en otras curiosas alteraciones realizadas por razones bien distintas, si bien la mayoría de estas respondían al consabido objeto de reciclar y modernizar un material antiguo para que no desentonara demasiado con lo ya conocido por los lectores de las nuevas generaciones o para adaptarlo a un contexto específico de la publicación en que se reeditaban. Así pues, hemos podido hallar ejemplos de ello en una de las páginas aparecidas en el Tio Vivo Extra de Verano de 1970, donde se modifica el contenido de muchos de los bocadillos de la edición original de una historieta publicada a finales de 1963; también en el nº 124 de la revista Mortadelo, en que se hace lo propio en las primeras cuatro viñetas de una historieta dibujada años atrás en el Pulgarcito Almanaque para 1967; o igualmente, en el singular caso documentado en el nº 99 de Mortadelo, en que, de forma sospechosa, se varía el apodo del antagonista aparecido originariamente en el Pulgarcito nº 1712.
La versión de la historieta del Pulgarcito 1704 (30/XII/1963) reeditada en el Tio Vivo Extra de Verano de 1970 (6/VII/1970) adaptaba los bocadillos de aquella para reajustarlos a una temática más veraniega, en consonancia con la naturaleza estacional del ejemplar, amén de que algunas viñetas se cambiaron de orden y se eliminaron otras tantas para dar cabida en la parte inferior de la hoja a un larguísimo chiste de Vázquez que ocupaba prácticamente las sesenta y ocho páginas de aquel número extraordinario.
Pulgarcito Almanaque para 1967 (28/XII/1966) / Revista Mortadelo nº 124 (9/IV/1973)
MyF ya hacía cuatro años que habían entrado a formar parte de la organización secreta de la T.I.A. cuando se reeditó en el nº 124 de la revista Mortadelo (9/IV/1973) una historieta que ya había visto la luz en el Almanaque para 1967 del semanario Pulgarcito (28/XI/1966), razón por la cual se decidió actualizar los textos de los bocadillos iniciales a la par que se redimensionaron sus viñetas para así hacerla pasar por una entrega de las de cinco tiras por página, como las que Ibáñez ya dibujaba en aquella época.
La versión a todo color de la historieta en bitono editada en el Pulgarcito 1712 (24/II/1964) vista en el nº 99 de la revista Mortadelo (16/X/1972) reemplaza el seudónimo del gángster por otro que, si bien goza de más prestancia para el desarrollo de la trama, en realidad parece querer ocultar el nombre original para no inducir a error a un lector que ya por entonces conocía de sobra a otro personaje ibañezco que igualmente en pocos años se había granjeado una gran popularidad. Por otra parte, es muy posible que, en aquellos primeros meses de 1964, el autor considerara lo suficientemente divertido aquel sobrenombre como para, tan sólo seis semanas después, rescatarlo para bautizar a su nueva creación, Rompetechos, en el Tio Vivo 161 (6/IV/1964).
Historietas “siamesas”
Entre las más de mil historietas cortas independientes que Ibáñez dibujó sobre los agentes antes de que en 1970 empezaran a publicarse los seriales (que ya se trataban de un híbrido entre historieta corta y aventura larga), sólo se ha podido documentar un único caso en el que una publicación original se presentase a los lectores directamente de forma remaquetada. Así ocurrió en el Pulgarcito 1756, sólo mes y medio después de que MyF hubiesen pasado a ocupar el privilegiado puesto de las páginas centrales del semanario inaugurando con ello también un formato apaisado, y es que basta con una ligera lectura de dicha historieta para darse cuenta de que no solamente salta a la vista que no se ajusta a dicha estructura horizontal, sino que también se trata en realidad de dos historietas que el dibujante concibió de manera separada y no como una única aventura de dos páginas, que es tal como apareció en el susodicho ejemplar únicamente para ajustarlas a dicha reciente disposición central.
Obsérvese que en la parte inferior izquierda de la primera viñeta de la aventura del Pulgarcito 1756 (28/XII/1964) puede leerse el número “1724”, lo cual delata que esta historieta estuvo probablemente planificada para ser publicada en la contraportada de dicho número de Pulgarcito pero por alguna desconocida razón finalmente no fue así (aparte de que dicho Pulgarcito 1724 no contuvo historieta alguna de MyF). Otras pistas que demuestran que ambas páginas fueron entregas independientes (obviando el cambio argumental) es que, además de que la primera viñeta de la segunda página ha sido alargada artificialmente para unirse a la anterior (lo que las convierte en las únicas páginas que jamás se han publicado de forma independiente), cada una de ellas posee su propio Número de Facturación (186 y 4617, respectivamente).
¿Y dónde metemos esto?
La efervescencia creativa que caracterizó la década de los sesenta en la obra de Ibáñez, tanto por la multiplicación del volumen de historietas de este par de detectives como por la aparición de nuevas series y personajes, acabaría siendo al final tan sólo el preámbulo del cénit de la genialidad del autor, la cual eclosionaría con la llegada de las aventuras de cuarenta y cuatro páginas, elaboradas en sus inicios con un afán imitador del estilo europeo. Ciertamente, parece ser que la idea de lanzar al mercado la nueva cabecera ‘Gran Pulgarcito’ como un producto más cuidado y de mayor calidad a imitación de otros legendarios semanarios como ‘Spirou’ o ‘Pilote’ ya rondaba por la cabeza de la dirección de Bruguera al menos desde 1968, pues considerando que el nº 1 de dicha revista llegaría a los quioscos en enero de 1969 es coherente deducir que, para centrarse en esta nueva labor, al dibujante se le permitiera abandonar seis meses antes las exigidas entregas semanales para la revista 'Tio Vivo' tanto de MyF como de otra de sus series-estrella, 13 Rúe del Percebe, respectivamente en sus números 385 y 386. Mientras que la primera continuaría paralelamente su andadura en el semanario que la vio nacer, Pulgarcito, la segunda pasaría a manos apócrifas durante año y medio más. Parece claro que durante esos seis meses Ibáñez empleó parte de su tiempo en preparar la guionización de la que sería la carta de presentación de esta pareja a nivel internacional, y que no fue sino la aventura larga 'El sulfato atómico'. Es por esto que resulta interesante encontrarse aún con una historieta nueva de los agentes en el semanario Tio Vivo nueve meses después de su despedida, en el número 419 de la misma, aunque no sorprende colegir que dicha inclusión obedeciera a una mera maniobra espontánea de reubicar un material "sobrante" al que se le debía dar salida.
Tio Vivo publicaba por primera y única vez en un ejemplar ordinario una aventura original de dos páginas de MyF, concretamente, en su número 419 (17/III/1969). Gracias al número de facturación (NF) que puede leerse entre las dos últimas tiras de la segunda página (27576) podemos prácticamente asegurar que dicha aventura se entregó conjuntamente con la que esa misma semana se editaba en el Pulgarcito 1976, ya que el NF de esta otra fue el 27571. El factor del mes de publicación de esta historia, así como el hecho de que el argumento de la misma esté ambientado en el campo nos hace especular con la no descabellada posibilidad de que dicho episodio estuviese primigeniamente ideado para un hipotético número extraordinario de primavera que finalmente no llegase a ver la luz, pues la editorial ya había hecho tentativas pocos años atrás (concretamente, en 1965 y 1966) editando ese tipo de extras estacionales, aunque no llegarían a asentarse de forma definitiva hasta un año después, esto es, a partir de 1970.
No menos sorprendente es el caso del Pulgarcito Extra de Primavera de 1972, en la cual se publicó la que parece que pudo ser la última historieta ideada para Tio Vivo pero que, por algún desconocido motivo, se traspapeló entre los archivos de Bruguera y no se rescató hasta al menos tres años y medio después de su realización. Las razones por las que sospechamos que dicha historieta estuvo inicialmente pensada para la mencionada revista es su extensión, ya que ésta es de 1 página y así fueron todos los episodios que se editaron en los números ordinarios de esta publicación. Del mismo modo, también es una pista el estilo de dibujo que se aprecia en dicha página, mucho más similar al que tenía Ibáñez a mediados de 1968 que al que ya había adoptado a inicios de 1972. La disposición de seis tiras aún fue una tónica que siguió dándose en el semanario Pulgarcito, si bien cabe destacar que ello terminó en el número 2125 (del 31 de enero de 1972) y que en realidad, el autor no había vuelto a dibujar ninguna historieta corta independiente (esto es, no incluida dentro de un serial) desde hacía más de tres años (si exceptuamos los números extraordinarios).
Tras investigar más de 950 tebeos pertenecientes tanto a colecciones cronológicamente paralelas a Pulgarcito y Tio Vivo como a estas mismas revistas dentro de un período que abarca desde mediados de 1968 hasta principios de 1972 podemos afirmar que la historieta de una página aparecida en el Pulgarcito Extra de Primavera de 1972 (la cual iba previamente acompañada de la reedición de otra aventura ya vista en el Pulgarcito 1782), tuvo su edición original en este ejemplar extraordinario.
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