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La evolución de los personajes
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1985-1990 - etapa negra
Desde el comienzo de la suspensión de pagos en Bruguera la editorial sustituirá a Ibáñez por el Bruguera Equip y otros dibujantes y guionistas apócrifos como Juan Manuel Muñoz, Jesús de Cos, Julio Fernández, Francisco Serrano o Jaume Ribera. Surgirán así nuevas aventuras largas de autoría apócrifa (inferiores todas ellas a las creadas por Ibáñez en todos los sentidos): "Que viene el fisco", "El crecepelo infalible", "A la caza del Chotta", "La secta del Zum-Bhao", "Simón el escurridizo", "El profesor probeta contraataca", "La médium Paquita" o "El mundial de Méjico".
Desde los años setenta se habían venido realizando aventuras apócrifas debido a la tremenda demanda de los lectores, pero siempre fueron aventuras cortas (de no más de 8 páginas), siendo Ibáñez el encargado de las aventuras largas (a excepción de dos aventuras realizadas por Casanyes y "La historia del dinero" que se hizo por encargo para Bankunión).
En 1986 Bruguera echa el cierre y Ediciones B se convertirá (ya en 1987) en heredera del fondo Bruguera y llegará a un acuerdo satisfactorio con Ibáñez, que regresa (en febrero de 1988) a su serie más popular para no abandonarla ya más (y lo hará con una portada cargada de fuerza).
En esta nueva etapa se introduce un nuevo personaje (en la aventura "¡Terroristas!"): la secretaria Irma, una señorita muy atractiva por la que Mortadelo y Filemón perderán los papeles (además de provocar situaciones de tensión con Ofelia). Será un personaje principal aunque menos asentado que el resto. Seguirá apareciendo en algunos álbumes de finales de los ochenta e inicios de los noventa, hasta que Ibáñez retome por completo su obra. Su creador comentó en cierta ocasión que el personaje estaba inspirado en una editora alemana (hoy en día ya fallecida, lo que podría explicar por qué Ibáñez no ha querido que el personaje volviese a escena).
Pero a partir de entonces la obra de Ibáñez comienza a resultar extrañamente ajena por momentos (a pesar de que Ibáñez niega taxativamente cualquier participación de otros autores al margen del entintado). La presencia de otras manos se hace evidente y la calidad de las aventuras desciende notablemente. El dibujo de dichas aventuras imita al de Ibáñez y los guiones siguen las mismas pautas (se trata de aventuras clónicas y repetitivas). Éstas mantienen la firma de Ibáñez pero siguen produciéndose a un ritmo endiablado; imposible de asumir por una única persona, especialmente todas las aventuras publicadas en las revistas Mortadelo, Súper Mortadelo y Mortadelo Extra. Con el tiempo, el propio Juan Manuel Muñoz (su actual mano derecha) reconocerá algunas de las aventuras de esta etapa (largas y cortas) como suyas.
Al final de la década de los ochenta las portadas siguen evolucionando: presentan más detalles de lo habitual, el coloreado destaca más y los diseños de los personajes son ahora más sofisticados:
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