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La evolución de los personajes
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1958-1959 - el punto de partida
Como todos los personajes del mundo del cómic Mortadelo y Filemón también necesitaron su tiempo para madurar y para ello pasaron por una larga y apasionante transformación a lo largo de su dilatada carrera. En dicha evolución radica parte del secreto del éxito de los personajes, que han sabido reinventarse (tanto a nivel gráfico como argumental) adaptándose a los cambios de moda durante más de medio siglo. Esa adaptación constante ha sido su particular "elixir de la vida" y, ahora que todas sus aventuras están prácticamente indexadas, les debemos un artículo en nuestra hemeroteca. Empecemos por el principio.
Si bien la primera historieta publicada fue la del Pulgarcito 1394 (el 20 de enero de 1958), ya hemos comentado en más de una ocasión que muy probablemente fue en realidad la aventura del número 1404 (publicada sólo dos meses después) la que Ibáñez pudo haber realizado originalmente. En ella descubrimos a un Filemón con un atuendo inusitado y que recuerda poderosamente al utilizado por Sherlock Holmes, fuente de inspiración de cualquier aventura de detectives de la época. Ibáñez había intentado crear, con esa primera página, un "Sherlock Holmes" y un "Watson" a la española.
Pero por alguna razón es probable que dicho atuendo no terminase de gustar a la editorial (quizá por su extraordinario parecido con el detective inglés), lo que llevó a Ibáñez a modificar el gabán a cuadros y el sombrero de doble visera a juego (un sombrero que, dicho sea de paso, era propio de las zonas rurales de Inglaterra para la caza de ciervos) por una sombrero y chaqueta de fieltro (inicialmente con camisa y corbata) que veremos en el número 1398. El dibujante decidió mantener la pipa del personaje (y su mirada) para dotarle de esa aureola detectivesca. Mortadelo, con paraguas, levita y bombín, contribuye a reforzar esa ambientación.
Su mirada posee en cambio los ojos semicerrados que le daban un aire de despistado. Quizás quiso Ibáñez dotar al personaje de un cierto aire de "seriedad británica" que contrastase con su torpeza para conseguir un efecto cómico adicional (1394, 1395, 1404 y 1422). En las historietas publicadas en los Pulgarcitos 1398 y 1404 Mortadelo utiliza contínuamente el recurso del disfraz, por lo que esa habilidad del personaje permanece es la única que no cambia desde un principio (sea cual fuere el orden en el que se dibujaron ambas aventuras).
Los ojos entrecerrados de Mortadelo en sus primeras páginas le dan un
cierto aire de despistado que contrasta con la "seriedad" británica
La expresividad de Mortadelo es más estática y limitada en la gran mayoría de historietas de 1958 al no dibujarle Ibáñez casi nunca la boca (a pesar de que el personaje hablase en muchas de esas viñetas). Sólo hacia finales de ese año empezamos a ver cómo Ibáñez añade una pequeña sonrisa a Mortadelo (1433, 1440, 1442, 1448, 1455). La variedad de gestos de la boca irá poco a poco ganando terreno a lo largo de 1959 y se asentará de forma definitiva en las historietas de 1960.
Mortadelo comienza a tener una tímida sonrisa poco a poco
(Pulgarcito 1440, 1958)
Ibáñez continúa jugando con el aspecto de Filemón (al menos en dos ocasiones más). Se trata de las aventuras aparecidas en los Pulgarcitos nº 1402 y 1422. En la primera Filemón acude a ver un combate de boxeo con sombrero de copa y traje de etiqueta. En la aventura del nº 1422 el detective cambia de nuevo su vestimenta después de que Mortadelo le comunique que va a recibir la visita de un personaje de la nobleza. Acto seguido aparece una vez más con sombrero y traje (y lo vestirá a lo largo de toda la aventura) para recibir al barón, pero no volveremos a ver a Filemón con semejante aspecto. Es posible que Ibáñez se diese cuenta de que dos personajes vestidos de negro perdían contraste y decidiese volver a la chaqueta y el sombrero de fieltro en la siguiente aventura (aunque lo más probable es que el uso de dicho traje fuera meramente anecdótico).
Otro detalle interesante es el de la sustitución de la corbata de Filemón por una pajarita. El detalle se advierte a partir del número 1407. Puede que Ibáñez buscase dotar al personaje de ese aire inglés que comentábamos. Sólo volveremos a verle con corbata en los números 1410 y 1414 (probablemente dibujados en un orden diferente al que fueron publicados, como veremos más adelante).
Filemón cambia la corbata por una pajarita
Pulgarcitos 1405 y 1407 (1958)
El físico de Filemón también evoluciona muy rápido desde los primeros números: su barbilla es más pronunciada en los primeros números (Pulgarcitos 1404 y 1394) pero Ibáñez muy pronto va haciendo su barbilla cada vez más redondeada (Pulgarcito 1400):
La barbilla de Filemón se redondea en sólo 7 números
Pulgarcitos 1404, 1394 y 1400
Otro detalle interesante que muestra la influencia del gran Vázquez sobre Ibáñez puede observarse a partir del Pulgarcito nº 1424 (cerca de treinta semanas después de la publicación de la primera aventura): Ibáñez comienza a dibujar las orejas de los personajes con un único trazo; con forma de caracol (de manera diferente a como venía haciéndolo). Tan sólo dos números antes podíamos ver a Ibáñez dibujando las orejas con un estilo más cercano al que utilizará de manera definitiva aunque, en general, en la mayor parte de las aventuras anteriores al Pulgarcito 1424 los personajes presentan orejas "vacías" (sin detalles en su interior). Curiosamente, Ibáñez sólo conservó las orejas-caracol para "Mortadelo y Filemón" y los personajes de "13 Rúe del Percebe" hasta principios de 1965, pero sí evolucionaría las orejas con otros personajes desde al menos dos años antes con el nacimiento de otros personajes suyos como "El Botones Sacarino" (1963) y "Rompetechos" (1964).
P. 1424 (1958) - Ibáñez comienza a dibujar las orejas delos personajes con forma de "caracol"
P. 1422 (1958) - Los personajes aún no presentan esa característica
Resulta curioso ver que en esa misma aventura (la del Pulgarcito nº 1424) Ibáñez vuelve a la indumentaria "Holmesiana" disfrazando a Mortadelo como al detective inglés. Y volverá hacerlo casi dos años después, como ya hemos comentado, en el Pulgarcito 1511. Incluso el propio Sherlock Holmes hará su aparición al final de la aventura publicada en el Pulgarcito 1432. Las influencias de Conan Doyle serán muy abundantes especialmente en las primeras aventuras.
P. 1424 (1958) - Ibáñez disfraza a Mortadelo de "Sherlock Holmes"
P. 1511 (1960) - Nueva aparición de Mortadelo con el atuendo de "Sherlock Holmes"
P. 1432 (1958) - En esta ocasión son los auténticos Holmes y Watson los que hacen su aparición
Al margen del aspecto de los personajes, existen además contínuas referencias británicas en las primeras aventuras: además de las ya citadas relacionadas con Sherlock Holmes y Conan Doyle podemos encontrar otros ejemplos como el del Pulgarcito nº 1.408 en el que Mortadelo aparece limpiando el polvo ataviado como un mayordomo inglés (también en el nº 1440). Con el tiempo todas esas referencias irán desapareciendo a pesar de que Ibáñez las retome puntualmente (como en el Pulgarcito 1.511, de 1960).
Mortadelo hace las veces de mayordomo (Pulgarcito 1408, 1958)
Mortadelo, de nuevo de mayordomo (Pulgarcito 1511, 1960)
En cuanto a la personalidad de los dos investigadores sigue desde el principio un mismo patrón: Filemón "el jefe" de la agencia, serio y malhumorado, termina siempre recibiendo los más sonoros tortazos por culpa de su compañero; Mortadelo, bienintencionado pero algo inepto, es siempre hábil y rápido con el disfraz. La pareja también podría verse como una pareja de payasos en la que Filemón toma el rol de augusto y Mortadelo el del tonto, el que se disfraza, el que mete la pata y perjudica contínuamente a su compañero provocando la risa, marcando las pautas y acaparando las simpatías del público. Esta imagen de los personajes se verá reforzada por el progreso estilístico de Ibáñez, cuyo trazo sintético y enérgico dotó de una vis cómica añadida a sus criaturas.
A nivel argumental las primeras aventuras se basaron en su mayoría en confusiones, equivocaciones o malentendidos con los que Ibáñez construía el gag final. Eran historietas con un chiste inflado que se desarrollaba siempre en las viñetas finales. El propio Ibáñez comentaba que "...los de la censura querían que nadie pensara, que la gente pasara el rato. Por eso no aparecen mujeres en las historietas, cuando los censores veían a una le empezaban a recortar las curvas hasta dejarla como un espárrago cabezón. Un día dibujé un perro comiéndose un hueso y me lo censuraron porque afirmaban que aquello no era hueso, que aquello era un miembro viril y que había que quitarlo”.
Desde la segunda aventura publicada veremos que la mayoría de las aventuras terminan de manera persecutoria (con ambos agentes escapando de un cliente o con Filemón tras Mortadelo):
Dichas persecuciones "inocentes" tomarán pronto otro cariz y se volverán mucho más agresivas, interviniendo en ellas todo tipo de armas y objetos contundentes: lanzas, garrotes, hachas, cuchillos, martillos, mazas, tenedores, tijeras, bombas y hasta ¡farolas o semáforos!).
Otros finales habituales trasladan a los agentes a lugares remotos desde los que se ocultan de sus perseguidores (como veremos ya en la primera página publicada):
Sobre esta primera etapa Miguel Fernández Soto destaca en su libro "El mundo de Mortadelo y Filemón" lo siguiente: "...el dibujo durante los dos primeros años irá asentándose y ganando en fluidez con situaciones que irán ganando mayor violencia. En la plasmación gráfica hay un mayor interés por las onomatopeyas que ilustran la calidad de los golpes, por las líneas cinéticas que definen el movimiento cada vez más logrado de los personajes y en el desarrollo de las metáforas visuales características del autor".
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