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La evolución de los personajes
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1965-1969 - primera transición
A partir de mayo de 1965 se produce un cambio peculiar: Ibáñez abandona las orejas "caracol" que había tomado de Vázquez y las sustituye por unas orejas más "franquinianas", muy similares a las que habíamos visto en la aventura "experimental" del Tio Vivo nº 122. Este cambio en la fisonomía de los agentes puede apreciarse a partir del Tio Vivo nº 219.
Poco a poco la estatura de los agentes va mermando por momentos llegando un punto en que la diferencia de altura entre ambos personajes es mínima (ver Tio Vivo 244, p.ej). Incluso Filemón parece más gordo de lo habitual en algunas tiras (Tio vivo 308, 1967). Este aspecto pudo deberse seguramente a las estrecheces que imponía el formato apaisado al cual Ibañez tuvo que ajustarse para el espacio reservado a las páginas centrales de “Pulgarcito” durante esos años.
Es muy significativo que esa "rechonchez" no se vea ni antes de que esa estructura se inaugurase en el Pulgarcito 1751 (por ejemplo en el Pulgarcito 1749) ni tras terminar ésta y dar paso a las historietas de dos páginas, formato en el que los personajes vuelven poco a poco a estilizarse al poder "respirar" mejor en viñetas más amplias (como sucede en el Pulgarcito 1880). En Tio Vivo, al mantenerse durante ese mismo periodo el esquema de una página los personajes no parecen “sufrir” tanto ese encorsetamiento, aunque si llegan a “contagiarse” levemente de él. Probablemente Ibáñez no llegase a sentirse cómodo en el formato apaisado, pues de todos es sabido su preferencia por dibujar sólo media plancha por hoja. La calidad del trazo en esta etapa parece además más burda por momentos aunque las aventuras ganan en dinamismo y expresividad.
A partir del Tio Vivo nº 338 (28/VIII/1967) Ibáñez comienza a dibujar el perfil de Filemón con dos orejas, atribuyéndole un aspecto más simiesco. No sucede contínuamente pero en numerosas viñetas hasta, al menos, la publicada en el Tio Vivo nº 371 (15/IV/1968). Será un rasgo que desaparecerá muy pronto y de manera definitiva una vez Ibáñez comience a realizar aventuras largas en 1969 y dé el salto allende nuestras fronteras, pero eso es algo que veremos en otro capítulo. El aspecto general de los personajes al final de esta etapa será el que perdure hasta la actualidad.
Poco a poco la estatura de los agentes va mermando por momentos llegando un punto en que la diferencia de altura entre ambos personajes es mínima (ver Tio Vivo 244, p.ej). Incluso Filemón parece más gordo de lo habitual en algunas tiras (Tio vivo 308, 1967). Este aspecto pudo deberse seguramente a las estrecheces que imponía el formato apaisado al cual Ibañez tuvo que ajustarse para el espacio reservado a las páginas centrales de “Pulgarcito” durante esos años.
Es muy significativo que esa "rechonchez" no se vea ni antes de que esa estructura se inaugurase en el Pulgarcito 1751 (por ejemplo en el Pulgarcito 1749) ni tras terminar ésta y dar paso a las historietas de dos páginas, formato en el que los personajes vuelven poco a poco a estilizarse al poder "respirar" mejor en viñetas más amplias (como sucede en el Pulgarcito 1880). En Tio Vivo, al mantenerse durante ese mismo periodo el esquema de una página los personajes no parecen “sufrir” tanto ese encorsetamiento, aunque si llegan a “contagiarse” levemente de él. Probablemente Ibáñez no llegase a sentirse cómodo en el formato apaisado, pues de todos es sabido su preferencia por dibujar sólo media plancha por hoja. La calidad del trazo en esta etapa parece además más burda por momentos aunque las aventuras ganan en dinamismo y expresividad.
A partir del Tio Vivo nº 338 (28/VIII/1967) Ibáñez comienza a dibujar el perfil de Filemón con dos orejas, atribuyéndole un aspecto más simiesco. No sucede contínuamente pero en numerosas viñetas hasta, al menos, la publicada en el Tio Vivo nº 371 (15/IV/1968). Será un rasgo que desaparecerá muy pronto y de manera definitiva una vez Ibáñez comience a realizar aventuras largas en 1969 y dé el salto allende nuestras fronteras, pero eso es algo que veremos en otro capítulo. El aspecto general de los personajes al final de esta etapa será el que perdure hasta la actualidad.
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