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año 66 de la era ibañez


capítulo 4 - de los años 80 a nuestros días


  Los años 80 son igualmente fructíferos para los personajes. En 1983 se celebra el 25º aniversario de su nacimiento, todo un acontecimiento editorial que vino refrendado por su exportación a otros países. Alemania se convierte desde entonces en su segunda patria por volumen de seguidores. El éxito internacional de la serie, no obstante, ya había conocido su esplendor en plena década de los setenta. A pesar de todo, la serie comienza a acusar poco a poco un cierto cansancio y la repetición de algunos recursos, culminando además con la marcha de Ibáñez. En abril de 1985 el maestro abandonaba Bruguera dejando inacabada la historieta “El preboste de seguridad”. La ruptura oficial se anunció en prensa meses después, a tenor de la noticia del diario La Vanguardia del 8 de enero de 1986 en la que se anuunciaba el "divorcio" entre el dibujante y la editorial (aunque hacía referencia a una marcha que se habría producido medio año antes, hacia junio o julio de 1985). La fecha exacta de la marcha de Ibáñez no está clara. Quince años antes, el 3 de julio de 1971 (el dato de la Vanguardia de 1973 es impreciso), los del gato negro ya se habían cubierto las espaldas. El mismo diario catalán publicaba el 11 de mayo de 1986 un dato interesante relacionado con el registro a nombre de Bruguera de la extraña pareja de agentes secretos: ·“Dos personajes, uno cuales representaa un hombre de mediana edad, calvo y dotado únicamente en su cráneo de alguna  algunos cabellos aislados,en tanto que el otro representa también a un hombre de mediana edad, completamente calvo y dotado de una enorme nariz sobre la que cabalgan unas lentes, destacando en su indumentaria el cuello de la camisa, que alcanza proporciones notablemente exageradas, cubriendo la parte inferior de la cara".

La Vanguardia (8/I/1986)
- Imagen compartida en Facebook por Calvin Hobbes en el grupo
"Bruguelandia, los tbeos y cómics de Bruguera"

  Entre julio y octubre de 1985, ya sin Ibáñez, la editorial publicó “El cochecito leré”, que ya había aparecido meses antes en Alemania. Ibáñez fue sustituido por el Bruguera Equip, un colectivo de once personas que siguió dando vida a los personajes de báñez, pero que supuso un importante detrimento en la calidad de la serie. Comienza entonces un litigio entre Ibáñez y Bruguera por hacerse con los derechos de los personajes tras que supone la caída (cierre) del gigante editorial.
 
Yo y Yo (Grijalbo, 1987)

  Ibáñez, junto a otros dibujantes de la casa (Raf, Segura y Martz Schmidt), y tras cobrar de forma intermitente a causa de una suspensión de pagos de Editorial Bruguera en 1982, inicia negociaciones en 1985 con Grijalbo para incorporarse a su nueva cabecera: la revista Guai!, que finalmente verá la luz en los primeros meses de 1986.

Carta de Bruguera a sus trabajadores comunicando el cierre
de la editorial
(Barcelona, 28/VII/1986)

La iniciativa de crear dicha revista había sido promovida por una persona muy cercana a Ibáñez tan solo unos meses antes, en septiembre de 1985: Ana María Palé, la antigua jefa del departamento de cómics en Bruguera. Tras abandonar la editorial, había creado una agencia literaria, convirtiéndose en la agente de Ibáñez, que pasaba a ser la estrella y reclamo de la nueva revista Guai!. Conviene explicar que, en el verano de 1984, Bruguera había levantado la suspensión de pagos y había creado la Sociedad Anónima Laboral, a través de la cual demandó a Ana María Palé por haber abandonado la editorial llevándose consigo, supuestamente, originales de la casa. En abril de 1985 se produjo un registro en la casa de Palé, autorizado por un juez, en el que aparecieron guiones de Mortadelo y Filemón, del Botones Sacarino, proyectos de una revista y 22 originales de portada que Bruguera afirmó que eran de su propiedad. También aparecieron cartas comerciales, dibujos de los Astrosniks y correspondencia de la editorial alemana Bully Figuren.

La Vanguardia (Domingo 11/V/1986)
 
  Ibáñez comienza a dibujar dos nuevas series para dicha revista: “Chicha, Tato y Clodoveo, de profesión sin empleo” y “7, Rebolling Street”. No olvidemos que el dibujante catalán no podía publicar nuevas historietas de Mortadelo y Filemón. Pero la cosa cambia en 1987, cuando se pone en marcha la Ley 22/1987 sobre la Propiedad Intelectual y los derechos de autor. Aunque no se aprobaría hasta el 11 de noviembre de 1987, sobre el papel reconocería la propiedad de los personajes en beneficio del dibujante, lo que en teoría permitía el renacimiento de los agentes. La serie reaparece en junio de ese mismo año, en una nueva revista (también de Grijalbo): “Yo y Yo” en la que se serializará, casi de forma íntegra, la historieta “¡Terroristas!”. Se trataba de una revista de claro tono francobelga, con series como Iznogud o Lucky Luke (cuyos derechos estaban en manos de Grijalbo), pero también con el reclamo de otras series nacionales como “Mirlowe” de Raf, que abandonaba “Guai!”. Esta última revista se verá resentida tras la marcha de Ibáñez a “Yo y Yo” ya que supondrá el abandono de las series que venía realizando para dicha revista y que, a partir de ese momento, pasarán a manos de otros dibujantes no acreditados. Grijalbo no podía hacer uso de los nombres de los agentes en ningún lugar visible de la portada de la nueva revista, lo que justifica el peculiar título de la cabecera. Desde ese momento Ibáñez comienza a añadir, junto a su firma, el año en el que se realiza cada historieta, junto a un símbolo de copyright (©). Parece evidente que el dibujante, sumido aún en pleno conflicto por recuperar los derechos de sus personajes, pretendía marcar el terreno en las historietas que dibujó desde ese momento. En julio de ese mismo año “Yo y Yo” echa el cierre, probablemente debido a las presiones de Ediciones B sobre Grijalbo. El dibujante cierra un acuerdo con Ediciones B a final de año (la noticia se publica al menos en El Periódico de Catalunya el 29 de diciembre de 1987) y regresa con honores a su serie más popular para no abandonarla ya más. Lo hizo con una portada cargada de fuerza: la de la revista “Mortadelonº 49 con un Mortadelo disfrazado de Tejero, en febrero de 1988. Sin embargo, su obra resulta a partir de entonces extrañamente ajena, a pesar de que Ibáñez niega taxativamente cualquier participación de otros autores más allá del entintado.
 


Revista Mortadelo nº 49
Ediciones B, II-1988

  La presencia de otras manos se hace innegable y la calidad de las aventuras desciende notablemente. El dibujo de dichas aventuras imitaba al de Ibáñez y los guiones seguían las mismas pautas. Se trataba de aventuras clonadas y repetitivas. Estas mantenían la firma de Ibáñez pero seguían produciéndose a un ritmo endiablado; imposible de asumir por una única persona, especialmente todas las aventuras publicadas en las revistas “Mortadelo”, “Súper Mortadelo” y “Mortadelo Extra”. Con el tiempo, el propio Juan Manuel Muñoz, su mano derecha, reconoció que algunas de las aventuras de esta etapa (largas y cortas) salieron de sus manos, aunque la mala calidad en el entintado de algunas de ellas, ajeno a él, explicaría esa merma de calidad. Esta "etapa negra", una de las peores de la serie, abarca el periodo 1987-90. Ibáñez no podía asumir él solo la producción de nuevas páginas de Mortadelo para todas las revistas del mercado y tuvo que confiar el dibujo a lápiz y el entintado a un equipo de dibujantes que trabajaban a partir de los guiones que el autor grababa en cintas de cassette, y que posteriormente Anna Mª Palé transcribía.
Cronograma de los últimos años de Bruguera y los primeros de Ediciones B

  A partir de 1991, Ibáñez retoma el timón de sus personajes con energías renovadas que darían lugar a un rejuvenecimiento de los héroes durante un tiempo. Se produce entonces una evolución temática apreciable reflejando en las tramas temas de actualidad: el tratado de Maastricht, el quinto centenario del descubrimiento de América, las sucesivas Olimpiadas y Mundiales de fútbol, el teléfono móvil, el juicio a Clinton, la M.I.R., los inventos del siglo XX, la vuelta ciclista, pero también los aniversarios del cómic y del cine, el desastre de Chernóbil, la teoría de Darwin y el 50º aniversario de la llegada del hombre a la Luna.  En esta última etapa, incontables famosos han aparecido en sus paginas: Felipe González, Alfonso y Juan Guerra, Solchaga, Aznar, Pujol, J. L. Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy, Alfredo Pérez Rubalcaba, Pablo Iglesias, Mario Conde, Lola Flores, Carlos de Inglaterra, Helmut Kohl, Bill Clinton, George Bush (padre e hijo), Obama, Mitterrand, Donald Trump y un largo etcétera de personajes conocidos.

"En la Luna (2009)", un ejemplo más de las aventuras
cuya trama se centra en temas de actualidad.

 
   Casi medio siglo después de su nacimiento los agentes ya habían madurado hasta su aspecto definitivo. Miguel Fernández Soto y Antonio Tausiet realizaron un análisis de la evolución del aspecto de los personajes a lo largo de su primer medio siglo de vida en el siguiente enlace. Consideramos oportuno reconstruir todas esas etapas en dos imágenes que hablan por sí solas:


Mortadelo (1958-2008)



Filemón (1958-2008)

   A mediados de esa misma década Ibáñez decide dar vida a su firma que a partir de entonces incorporará brazos y pies y expresiones de manera que muchos de los gags de las portadas (y portadillas) aparecerán así reforzados por este recurso que ya no abandonará nunca a las aventuras de los personajes.


Ibáñez da vida a su propia firma

 
   También en esta década Ibáñez parece por fin a dispuesto a empezar a dar cierta continuidad a la serie, algo que nunca había cuidado por considerarlo innecesario. Sólo algunos personajes como Bestiájez, la esposa del Súper o el Director General de la T.I.A. repetían sus apariciones en ocasiones puntuales, al contrario que los enemigos (que cambian contínuamente). También los gags se presentaban hasta entonces hilvanados con un mínimo argumento, interpretado por un pequeño número de personajes fijos. A partir de entonces el autor cambia de idea y prestará mayor atención a ciertos detalles como la residencia de los personajes (la pensión "El Calvario"), el bar donde toman sus "copichuelas" e incluso las costumbres de los personajes. Ibáñez definirá también el aspecto de ciertos personajes como el del Director General de la TIA (y su señora) que aparecerán por fin con su aspecto definitivo. El propio dibujante aparecerá también como un personaje más (invitado en algunas ocasiones, narrador en otras) llegando incluso a protagonizar una aventura ("¡Rapto tremendo!").


Bestiájez, el Director General de la T.I.A. y su esposa, personajes recurrentes en las aventuras


 

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