nuevos recursos humorísticos
Hipnosis, locura y cambios de personalidad
Algunas de las primeras aventuras largas de los años setenta centrarán sus gags en personajes que, por unos u otros motivos, pierden la cordura y se creen animales, medios de transporte u otros personajes del mundo de la ficción (como el mismísimo "Tarzán de los monos"). Encontramos numerosos running-gags en esta línea en varias historietas largas como "Safari callejero", "Magin el mago", "El otro "yo" del profesor Bacterio" o "Kilociclos asesinos". En la primera de las aventuras es un suero del profesor Bacterio (que ha caído en manos de un ladrón) capaz de provocar un cambio en el metabolismo de los animales el que dará lugar a dicho comportamiento en los humanos.
"Safari Callejero" (1969-70)
Mientras que en "Magin, el mago" es el malvado mago criminal quien, a través de sus poderes hipnóticos, consigue suplantar la personalidad de cualquier persona por la de cualquier otra persona, personaje, objeto o animal:
"Magin, el mago" (1971)
Juegos de palabras
Otra de las virtudes de Ibáñez es su capacidad para realizar gags jugando con el lenguaje. Podríamos clasificar estos gagns en al menos en dos grupos principales: aquellos en los que la gracia reside estrictamente en un texto escrito (incluídos acrónimos como A.B.U.E.L.A., S.O.B.R.I.N.A, etc) y un segundo grupo en el que el juego de palabras comparte "protagonismo" con otro gag gráfico. Veamos un par de ejemplos:
"El elixir de la vida" (1973)
"El atasco de influencias" (1991)
Juegos de contrastes
Otro de los gags más recurrentes en la obra de Ibáñez es aquel en el que aparecen dos amigos (o conocidos) y uno le comenta al otro cualquier asunto. De ese comentario surgirá un gag que basará su humor en un fuerte contraste con dicho comentario:
"El U.V.A." (2003)
En ocasiones el mismo gag se produce en cualquier otra situación: un cliente pide algo en una tienda, un jefe le dice algo a un subordinado, etc...
"Safari callejero" (1969-70)
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