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Los autores apócrifos
IntroducciónBernet Toledano - El primer "negro"Martínez Osete - Genio no reconocidoJulio Fernandez - Guionista en la sombraJaume Ribera - De la realidad a la ficciónJesús de Cos - El guionista más prolíficoRamón Casanyes - Del calvario a la gloriaLurdes Martín Gimeno, Isabel y Arturo - El equipo de Casanyes"Mike" Ratera - Artista polifacéticoJuan Zamora - Uno de los diez elegidosJuan M. Muñoz - Mano derecha de IbáñezJuan Carlos Ramis - De admirador a colaborador de IbáñezJoaquín Cera - El último fichaje de Bruguera Miguel Fernández y Daniel Pérez - Los últimos en aparecerOtros dibujantes y guionistasCuentos SolidariosEnlaces, Textos y Fuentes
lurdes martín gimeno, isabel y arturo - el equipo de casanyes
Cuando Casanyes solicitó a Bruguera la posibilidad de publicar un personaje propio, la editorial le exigió como condición la realización de cuatro páginas semanales de "Mortadelo y Filemón", dos de "Pepe Gotera y Otilio", dos de "Rompetechos", una de "Sacarino" y una de "13 Rúe del Percebe"; algo del todo imposible en sólo siete días. Entonces, el dibujante, sin vocación para trabajar como apócrifo, decidió expandirse comprando calcadoras y poniendo un anuncio en “El Periódico” para buscar colaboradores. Era la primavera de 1980. De entre los treinta candidatos que se presentaron el primer día, seleccionó a tres: Arturo, Isabel y Lurdes Martín Gimeno (Barcelona, 1958), como comentamos anteriormente. Arturo duró poco, pero Lurdes e Isabel se convirtieron en fieles colaboradoras de Casanyes. Este enseñó a Lurdes a dibujar historietas y fue muy exigente hasta el punto de que, si el nivel de dibujo de la historieta no era el esperado, rompía la página en trozos y le exigía que empezase de nuevo. En esta etapa Lurdes e Isabel dibujaron numerosas historietas cortas. Casanyes comenta anecdóticamente que llegó a colar en Bruguera una página firmada por un “negro”, algo que hizo para celebrar el hecho de que la artista aprobase el examen del carnet de conducir. Así, en una de las historietas cortas, uno de los agentes le decía al otro: “Primero llegaremos a santa Lourdes del volante, luego giraremos hacia san Martin del freno roto y finalmente acabaremos en san Gimeno de la torta.”
Como vimos, Casanyes se marcha de Bruguera en junio de 1982 a causa de la floja situación económica de la editorial, tras renunciar a aceptar una bajada del 50% de su salario. En aquel entonces Isabel ya había abandonado el grupo, integrado únicamente por Ramón y Lurdes. Tan sólo un mes después de la marcha de Casanyes, este pidió a Lurdes que dibujase las páginas de diversos personajes y las llevase a Bruguera, como en otras ocasiones. Así lo hizo. La editorial creyó que Casanyes había reconsiderado su decisión, pero no tardaron en enterarse de que era ella quien venía dibujando gran parte de las historietas. La dibujante llegó a Bruguera como caída del cielo. Para ella, la entrada en la editorial supuso más que duplicar su salario respecto al que cobraba hasta entonces. Lurdes realizó por su cuenta tres historietas largas de “El botones Sacarino” para el mercado alemán a través de la intermediaria germana Jutta Langer. Fueron “El escarabajo de oro”, "En el país del Petodólar" y “En el país de los Ronalds y de los McDonalds” (ambas fechadas y publicadas en Alemania en 1984). Todo esto se hizo de espaldas a la editorial y del propio Ibáñez, que posteriormente se lo tomó con bastante buen humor después de que Lurdes se lo explicase personalmente. Sólo la primera de las historietas terminó viendo la luz en nuestro país, en 1985 (de forma seriada primero, y en formato OLÉ después). La historieta siempre ha sido muy valorada por los aficionados y fue la propia autora quien hizo llegar a Bruguera las ilustraciones originales, aunque sería Juan Manuel Muñoz quien dibujase posteriormente la portada de la edición OLÉ.
La llegada de Lurdes a Bruguera les vino como caída del cielo, ya que Casanyes había tenido un conflicto con la editorial del gato negro y había abandonado su etapa con ellos. Necesitaban un reemplazo a Casanyes urgente y nadie mejor que ella, que había aprendido de Casanyes, codo con codo. En aquel entonces Ibáñez cobraba unas 25 000 pesetas por página, Casanyes 7500, y Lurdes cobraba de este último 3500 pesetas (como aprendiz). Cuando ingresa en Bruguera su salario es mucho mayor, llegando a alcanzar las 33 000 pesetas semanales.
“El escarabajo de oro” y “En el país de los Donalds y de los McDonalds”
(Tom Tiger & Co, n.º 16 y 18, Condor Verlag, 1984, Lurdes Martín).
Dos meses después del fallecimiento de Escobar, en 1994, Ediciones B, a través de Miguel Pellicer, propuso a Lurdes la posibilidad de dibujar historietas de Zipi y Zape al estilo “Ibáñez”, pero la ilustradora rechazó la propuesta debido a la baja oferta económica de la editorial. También ha trabajado para Italia (en la revista Poochi), Francia y Alemania, a través de la agencia Cánovas (Comicup). Sus últimos trabajos fueron varios libros de tapa dura para la madriñeña Susaeta.
Comentar que Lurdes no llegó a entintar historietas. Dibujaba el lápiz, pero otros (Juanma Muñoz, Laura Massanella...) le pasaban a tinta.dichas historietas. Esto explica que incluso algunas portadas fueran hechas por ella en colaboración con Juan Manuel Muñoz (como en el caso de "El rayo transmutador").
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