Mortadelo está harto de salir a la calle para hacer los recados de su jefe (para comprarle primero el periódico, luego caramelos de menta…) de manera que cuando se lo pide una vez más éste decide anclarse en casa y no salir diga lo que le diga, pero justo entonces la casa se derrumba y Mortadelo comprende que su jefe le estaba pidiendo que saliera para ponerse a salvo.