Filemón hace todo lo posible por darle una sorpresa a Mortadelo haciéndole un regalo de fin de año pero, cada vez que aquel compra algo, Mortadelo lo descubre por casualidad (descubre un billetero tras un cuadro, una pluma en un cajón, una corbata en una tienda, un reloj en el radiador, un cepillo en la chimenea...) y cuando por fin le regala una cuchilla de afeitar Mortadelo se disgusta porque le comenta que le habría hecho más ilusión que hubiese esperado hasta las doce para darle el regalo.