elige categoría
la hemeroteca
la historia de los personajes
Capítulo 1 - El nacimiento de un mitoCapítulo 2 - Antecedentes: Sherlock Holmes y la iconografía popular (I)Capítulo 2 - Antecedentes: Sherlock Holmes y la iconografía popular (y II)Capítulo 3 - De los primeros pasos a la consagraciónCapítulo 4 - De los años 80 a nuestros díasCapítulo 5 - Conclusiones finalesColaboraciones, Textos y Fuentes
capítulo 2 - antecedentes: sherlock holmes y la iconografía popular (y ii)
- Después, hacia 1953, el propio Emili Boix recuperaría el recurso del disfraz en una nueva serie: Las aventuras de Shelo Come, publicada en La Risa nº 64. Se trataba de un policía capaz de disfrazarse de cualquier cosa para capturar a los ladrones. Era la primera vez que en la historieta autóctona surgía la figura de un policía que utilizaba el disfraz como forma de camuflaje. Pese a que Boix fue el pionero en lo que al recurso del disfraz se refiere, será el dibujante Manuel Vázquez quien se adjudique, en 1993, la invención de tan feliz idea:
- Otro ejemplo de parodia del mito lo constituye Sherlock Gómez, desarrollado por Raf en La Risa a partir de de ese mismo año (1953) y hasta, al menos, 1957 y dibujado en ocasiones por Ripoll G., Jorge Pineda Bono y Pérez Espinosa (Kito). Aquí se narran las peripecias de un altivo detective y su inseparable Dr. Waso (o Vaso) en la resolución de casos de escasa relevancia o en su convivencia diaria. El tono y la estructura de la serie coinciden con lo desarrollado posteriormente por Ibáñez en Mortadelo y Filemón y por ello constituye su antecedente más directo. Conviene señalar que Raf e Ibáñez coicindicieron en esa época en La Risa y ya habían iniciado una amistad que se prolongaría después en Bruguera.
- Miguel Bernet (Jorge) creaba, también en 1953, una serie de historietas para el semanario "Pulgarcito" con el título "Sisebuto, detective astuto", parodia las novelas de detectives pero lejos de la caricaturización de la violencia tan característica de la serie creada por Ibáñez.
- En Pulgarcito, en el año 1957 y hasta pocas semanas antes del inicio de Mortadelo y FIlemón, Vazquez dibujó a Don Isótopo, un desastre ambulante capaz de fastidiar a los demás en su afán de ayudar, que constituye, con su anticuado aspecto decimonónico, el precedente más inmediato de Mortadelo en el semanario.
- Violeto García, de Juan García Iranzo, se publicó en los últimos números de Selecciones de Humor de el DDT en 1960, pero todo apunta a que, en realidad, se trataba de una tira inédita realizada años antes. No puede por tanto, considerarse como un verdadero precedente de Mortadelo, pero no deja de ser curiosa la coincidencia en el modo de vestir e incluso su tendencia a metamorfosearse con el entorno.
- Finalmente en La Risa, y aproximadamante en la misma época en que vió la luz la serie de Ibáñez, debutó una de las primeras series de Torá, Alicio Gorrón, carota de profesión, con un aspecto bastante similar al del transformista de Ibáñez.
Tras la aparición de Mortadelo y Filemón en 1958 aparecerán nuevas muestras de personajes con rasgos "detectivescos". Demos también un repaso a todos ellos:
- En uno de los primeros números de la revista Can Can (1ª época) publicados en 1958, y dentro de la sección "Los Grandes cuentistas de la humanidad", Evaristo Acevedo escribía una "comedia de costumbres políciacas en tres actos". El protagonista era un detective malvado, ilustrado por Ibáñez siguiendo las pautas clásicas en la indumentaria del protagonista.
- Hay más ejemplos de otros personajes creados a posteriori: Perry Tostón (Tio Vivo, 1963) de Sanchís, El Inspector Gatillo (Gaceta Junior, 1969) con dibujos de Mingo, y el mismísimo Sir Tim O'Theo (y su inseparable Patson) de Raf en alguna de sus primeras aventuras (Mortadelo, 1970):
Shelo Come (La Risa 2ª época, nº 64, 1953), Emili Boix
- Otro ejemplo de parodia del mito lo constituye Sherlock Gómez, desarrollado por Raf en La Risa a partir de de ese mismo año (1953) y hasta, al menos, 1957 y dibujado en ocasiones por Ripoll G., Jorge Pineda Bono y Pérez Espinosa (Kito). Aquí se narran las peripecias de un altivo detective y su inseparable Dr. Waso (o Vaso) en la resolución de casos de escasa relevancia o en su convivencia diaria. El tono y la estructura de la serie coinciden con lo desarrollado posteriormente por Ibáñez en Mortadelo y Filemón y por ello constituye su antecedente más directo. Conviene señalar que Raf e Ibáñez coicindicieron en esa época en La Risa y ya habían iniciado una amistad que se prolongaría después en Bruguera.
Sherlock Gómez (La Risa nº 143, 1957), Raf
- Miguel Bernet (Jorge) creaba, también en 1953, una serie de historietas para el semanario "Pulgarcito" con el título "Sisebuto, detective astuto", parodia las novelas de detectives pero lejos de la caricaturización de la violencia tan característica de la serie creada por Ibáñez.
Sisebuto (Pulgarcito, 1953), Jorge
- En Pulgarcito, en el año 1957 y hasta pocas semanas antes del inicio de Mortadelo y FIlemón, Vazquez dibujó a Don Isótopo, un desastre ambulante capaz de fastidiar a los demás en su afán de ayudar, que constituye, con su anticuado aspecto decimonónico, el precedente más inmediato de Mortadelo en el semanario.
Don Isótopo (Pulgarcito, 1957), Manuel Vázquez
Violeto García (DDT, 1960), Juan García Iranzo
- Finalmente en La Risa, y aproximadamante en la misma época en que vió la luz la serie de Ibáñez, debutó una de las primeras series de Torá, Alicio Gorrón, carota de profesión, con un aspecto bastante similar al del transformista de Ibáñez.
Alició Gorrón, carota de Profesión (La Risa, 1957-58), Torá
Ibáñez pudo beber, en mayor o menor medida, de estas fuentes para concretar el aspecto gráfico de su pareja de detectives, pero a partir de ahí la responsabilidad recayó totalmente en el creador que, con una combinación de trabajo y constancia, fue capaz de llevar a sus personajes a las más altas cotas del éxito internacional.
Tras la aparición de Mortadelo y Filemón en 1958 aparecerán nuevas muestras de personajes con rasgos "detectivescos". Demos también un repaso a todos ellos:
- En uno de los primeros números de la revista Can Can (1ª época) publicados en 1958, y dentro de la sección "Los Grandes cuentistas de la humanidad", Evaristo Acevedo escribía una "comedia de costumbres políciacas en tres actos". El protagonista era un detective malvado, ilustrado por Ibáñez siguiendo las pautas clásicas en la indumentaria del protagonista.
Un detective malvado (La Risa, 1958)
Dibujos: Francisco Ibáñez / Guión: Evaristo Acevedo
- También podemos citar a otros personajes que vistieron el gabán largo en sus historietas: Sherlock Pómez (Jaimito nº 14 - Editorial Valenciana, 1958) de Palop, un detective con pipa, chaqueta y gorra de cuadros que vivía con un ayudante, Wason. Como los personajes de Palop, Mortadelo y Filemón parecían compartir vivienda, no obstante, al contrario que los detectives de Ibáñez, Sherlock Pómez y Wason solían tener éxito en sus aventuras:Dibujos: Francisco Ibáñez / Guión: Evaristo Acevedo
- Y en 1959, en el número 71 de la misma revista y en la sección heredada de Vázquez La historia esa, vista por Hollywood, Ibáñez dedica su página de esa semana al propio Sherlock, en una "biografía" tan sui géneris como cabía esperar de la sección, en la que descubrimos su destino final, el mismo que Conan Doyle olvidó relatar en sus novelas:
La historia ésa vista por Hollywood (Can Can nº 71, 1959)
Francisco Ibáñez
Francisco Ibáñez
Sherlock Pómez (Jaimito nº 14, 1958), Palop
- Hay más ejemplos de otros personajes creados a posteriori: Perry Tostón (Tio Vivo, 1963) de Sanchís, El Inspector Gatillo (Gaceta Junior, 1969) con dibujos de Mingo, y el mismísimo Sir Tim O'Theo (y su inseparable Patson) de Raf en alguna de sus primeras aventuras (Mortadelo, 1970):
Perry Tostón (Tio Vivo 2ª época, 1963), Blas Sanchís
El inspector Gatillo (Gaceta Junior, 1969), Mingo
Sir Tim O'Theo (Mortadelo, 1970), Raf
Volviendo al aspecto de los personajes en su relación con el personaje de Conan Doyle sería interesante reseñar que, con el tiempo, la pareja de detectives iría perdiendo su parecido con ellos: Filemón abandonó el sombrero de fieltro y pipa para simplificarse a una chaqueta de paño, aunque conservó el hábito de fumar en pipa. El cambio de traje resultará a posteriori un acierto pues, por una parte conservó ese cierto aire inglés que le daba la chaqueta de paño, la pipa y una nariz aguileña como símbolo de inteligencia, y por otro marcó un distanciamiento de su modelo que permitió a la serie evolucionar en una mitología propia y diferenciadora. Años después Filemón perdería incluso su habitual chaqueta roja para tomar la forma y los ropajes por los que es reconocido hoy en día: camisa blanca y pantalones rojos. Respecto a Mortadelo, mantendrá su levita negra con camisa blanca hasta el cuello duro anudado con lacito, perdiendo con el tiempo su sombrero "hongo" o bombín, del que extraía originalmente sus disfraces, y su paraguas, que contribuían a la primitiva ambientación inglesa de la serie.
Federico Moreno Santabárbara, estudioso y coleccionista de cómics, opina que la causa de que pronto desapareciesen el paraguas y el bombín del que Mortadelo extraía sus disfraces pudo estar relacionada con la obligada ‘rapidez de dibujo’ que la editorial imponía a sus dibujantes. De hecho, es muy probable que Ibáñez dibujase a los detectives calvos (a pesar de que Filemón conservaba, y conserva aún, dos distintivos pelos) por simple comodidad, como él mismo ha indicado a veces, a la hora de producir tantas páginas en tan poco tiempo; no había tiempo para detenerse en dibujar cabellos.
Mortadelo y Filemón con el que terminará siendo su aspecto definitivo
Federico Moreno Santabárbara, estudioso y coleccionista de cómics, opina que la causa de que pronto desapareciesen el paraguas y el bombín del que Mortadelo extraía sus disfraces pudo estar relacionada con la obligada ‘rapidez de dibujo’ que la editorial imponía a sus dibujantes. De hecho, es muy probable que Ibáñez dibujase a los detectives calvos (a pesar de que Filemón conservaba, y conserva aún, dos distintivos pelos) por simple comodidad, como él mismo ha indicado a veces, a la hora de producir tantas páginas en tan poco tiempo; no había tiempo para detenerse en dibujar cabellos.
Comparte esta página
